18/06/2024 (Ciudad de México). Después que el Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmara que el Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina crecerá 4.5% en 2024 mientras que el de México lo hará en 1.8%, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador criticó las proyecciones y recordó la responsabilidad que este organismo internacional tiene en la crisis que actualmente vive el pueblo de dicho país suramericano.
Como primer señalamiento, el titular del Ejecutivo mexicano aseguró que no se pueden comparar ambas economías porque la mexicana es autónoma, acorde a la realidad de México y no a la del Banco Mundial. El mandatario asegura que el FMI ha impuesto un modelo económico que no se adapta a la realidad del país sudamericano, por lo que criticó que ahora sea este mismo organismo internacional quien busque ser un árbitro o juez que dice y “decide sobre lo que va a suceder en el futuro”.
Durante el actual sexenio, los pronósticos del FMI respecto a México han sido siempre erróneos, asegurando una proyección de crecimiento a inicio de año siempre menor a la que realmente se registra al final de dicho periodo. Como ejemplo se destaca 2023, donde en Julio de este año se pronosticó un crecimiento del 2.6% y se obtuvo uno de 3.1%, mismo caso que se repitió en 2022.
En Argentina el pronóstico calculado por el FMI va de la mano de un “un desembolso de alrededor de 800 millones de dólares para apoyar los esfuerzos de las autoridades por afianzar el proceso de desinflación, reconstruir las reservas fiscales y externas y apuntalar la recuperación [de Argentina]”. Con este nuevo préstamo suma ya una deuda de 41 mil 400 millones de dólares con el organismo financiero internacional.
Las políticas impositivas del FMI
“En esencia, frente al proyecto neoliberal del Fondo, del Banco Mundial, frente a ese proyecto hay otro: el humanismo mexicano, con economía moral y funciona mejor que el que vinieron imponiendo desde hace más de 30 años”, declaró López Obrador desde Palacio Nacional.
Además, el mandatario recordó que el modelo impulsado por el FMI, así como por el Banco Mundial, es uno basado en la privatización, en la contención de los salarios y en impedir el crecimiento de las empresas públicas, “por eso muchas gracias por todas las buenas intenciones, pero preferimos respetarnos y actuar con autonomía”.
Además, señaló necesario tener cuidado con dichas recomendaciones, ya que ante la falta de planes de desarrollo propios, se pueden tomar por ciertas “recetas que nos mandaban desde el extranjero”.
Finalmente, López Obrador admitió que México mantiene relaciones con estos organismos financieros internacionales, sin embargo, afirmó que la política económica seguirá siendo autónoma y de acuerdo con la realidad del país, pues estos entes “no contemplaban el combate a la corrupción, combatir la pobreza, aumentar los salarios de los trabajadores, crear empleos”.