La tarea de desmantelar narrativas hegemónicas y profundizar el debate desde abajo,  para y con las y los históricamente excluidos en México no es fácil, pero se puede, y de forma urgente, se debe hacer.

Dar la batalla no es cuestión de opinología acrítica, sino de lograr acumular elementos concretos, históricos, políticos y económicos que nos permitan entender el ecosistema mediático que el priismo de Estado y el neoliberalismo dejaron en México. Requiere de compromiso con la verdad y la justicia, disciplina y constancia. La batalla comunicacional desde la izquierda requiere transparencia, ética, empatía y un profundo respeto por la justicia social.

Ante un pensamiento hegemónico, que constantemente crece, se fortalece, y disputa el sentido en el mundo, requerimos mentes capaces de indignarse siempre, de alzar la voz contra las injusticias, de escuchar y proponer antes que imponer. Necesitamos plumas, voces, megáfonos y cámaras que den la batalla comunicacional contra el capital, el imperialismo y el patriarcado.

La batalla comunicacional De Raíz no emerge como tarea sencilla, pero tengan por seguro que la vamos a dar.