02/05/2024 (Ciudad de México). En el continente asiático, en varios países golpea una ola de calor extremo, con temperaturas que superan los 40 grados centígrados y una sensación térmica que aumenta otros 6 grados, debido al nivel de humedad.

Está sucediendo en Bangladesh, Vietnam, Camboya, Birmania, Tailandia, Filipinas, China e India, que son afectados por este calentamiento, que ha obligado a los gobiernos a suspender clases presenciales en sus sistemas educativos y otras actividades, afectando a cientos de millones de personas.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) de las Naciones Unidas, alertó sobre el creciente peligro del aumento de frecuencia y temperatura de las olas de calor extremo vinculadas a la crisis climática. Celeste Saulo, una científica y académica argentina que actualmente dirige la OMM, explicó la situación de la siguiente forma: “Muchos países de la región del sudeste de Asia experimentaron el año 2023 su año más caluroso jamás registrado, además de padecer un aluvión de condiciones extremas, desde sequías y olas de calor hasta crecidas de aguas y tormentas”.

Según los registros de la OMM -que son datos oficiales plenamente verificados y no se basan en fuentes opacas- el ritmo de calentamiento del continente asiático rebasa la media mundial y la tendencia al calentamiento casi se ha duplicado desde el período 1961-1990. También los mares se han visto afectados por este aumento de la temperatura, registrándose máximos históricos en las superficies marinas de las zonas noroccidentales del Océano Pacífico, e incluso en el Océano Ártico, mucho más hacia el norte.

Detalla el informe que las consecuencias de estos incrementos son los prolongados períodos de sequías y que los períodos de lluvia sean más cortos, en tanto se presenta una aceleración del deshielo de los glaciares, pero también violentas tormentas y súbitas crecidas que provocan inundaciones. Lo que parece paradójico (sequías en unos lados, inundaciones en otras) no lo es, porque ambos responden al mismo factor de origen: el efecto de invernadero de las emisiones mundiales de dióxido de carbono por el uso de los combustibles fósiles (carbón, gas, petróleo).

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también de Naciones Unidas, ha alertado que los sistemas de salud de todos los países comenzarán a sentir la presión debida a las extremas olas de calor y que se deben preparar para afrontar esta situación. En efecto, en los mencionados países asiáticos se han reportado fallecimientos por efectos del incremento extremo de la temperatura, concentrando hasta el momento la mayor preocupación Tailandia, donde unas 30 personas murieron por el golpe de calor, que afectó principalmente a las provincias ubicadas al norte del país. En Vietnam gran cantidad de pacientes con cuadros de insolación y deshidratación, así como con problemas cardiorespiratorios, acudieron a los hospitales. Aún la OMS está confirmando los informes procedentes de India y Bangladesh. China tiene un sistema de información sanitaria sumamente cerrado.

Lo que ocurre en estos países asiáticos es otra demostración concreta e inobjetable del calentamiento global que amenaza al planeta, lo que obliga a todos los países del mundo, pero especialmente a las potencias más industrializadas y por tanto más contaminantes a revertir las causas de este desastre climático que es cada vez más grave.