Un ambiente controversial y de descontento universitario es lo que impera en el marco del nombramiento de Leonardo Lomelí, quien asumirá el cargo de nuevo Rector para el período 2023-2027. El proceso es señalado como opaco, dada la arbitrariedad de la Junta de Gobierno en la elección.
16/11/2023 (Ciudad de México). Este viernes, Leonardo Lomelí Vanegas asumirá el cargo de rector en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para el periodo 2023-2027, luego de que el pasado 9 de noviembre la Junta de Gobierno lo designó después de casi un mes de deliberación.
El economista e historiador presentó, el 11 de noviembre, su solicitud formal ante Enrique Graue para separarse del cargo como Secretario General tras desempeñarse en él por ocho años.
Graue Wiechers procedió a nombrar a Patricia Dávila Aranda, quien también contendió en la carrera por la rectoría, como encargada del despecho de la Secretaria General.
Proceso poco transparente y antidemocrático
La llegada del nuevo rector se da en un ambiente controversial luego de un proceso señalado como opaco y antidemocrático, pero también pasa a la historia como la designación para este cargo más larga en la UNAM.
En entrevista para este medio Teresa Rodríguez de la Vega, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, señaló que el resultado final no fue sorpresivo, menos aún la actuación de la Junta de Gobierno. “Hay un divorcio absoluto de la esfera de la toma de las decisiones, en la elección de autoridades unipersonales de los procesos, con las problemáticas que la UNAM vive día a día”, expresó.
La académica calificó la contienda como desangelada, y acusó que la Junta de Gobierno hace todo a puerta cerrada. “Hay un proceso oscuro, no es transparente”; sostuvo.
Sin embargo, Rodríguez de la Vega destacó que la comunidad universitaria fue la que expresó un ánimo de cambio y afán por un proceso democrático. Estudiantes, académicos y profesores realizaron una consulta abierta en octubre para conocer la opinión de la colectividad. Duró dos días y participaron más de 10 mil personas: dos mil 22 académicos, 543 trabajadores y 7 mil 137 estudiantes.
Los resultados fueron contundentes: 33% de los votos totales señalaron al candidato Imanol Ordorika Sacristán como el preferido para ocupar el cargo de rector y 12% eligió a Laura Susana Acosta Torres. El resto de aspirantes obtuvo menos del 10%. Sin embargo, las autoridades de la Máxima Casa de Estudios se desmarcaron de este proceso democrático.
“Lo que ocurrió con la consulta habla por sí mismo. Una comunidad que, con muy pocos días de organización rápidamente sale, se organiza. Cuando se nos ocurrió la consulta éramos unos 30 máximo y en cuatro días éramos 400. En diez días de organización logramos una participación de 11 mil universitarios”, destaca Rodríguez de La Vega.
Ante este gran respaldo, muchas voces evaluaron que había probabilidad de que la Junta de Gobierno, compuesta por 15 académicas y académicos universitarios, atendiera la demanda de democratización. No fue así. “Pero logramos colocar en la agenda de la sucesión el tema de la democratización, la violencia de género, la precarización laboral”, externó la académica.
Sobre la designación de Leonardo Lomelí como máxima autoridad universitaria, Rodríguez de la Vega afirma que bajo su mandato no hay esperanza de algún cambio, porque el ex Secretario General -nombrado por el mismo Graue– forma parte del círculo del todavía rector de la UNAM, además de ser cercano a los grupos que toman tradicionalmente las decisiones.
¿Qué Universidad deja Graue?
Son muchos los retos que enfrenta la Máxima Casa de Estudios. Para Rodríguez de La Vega, en un balance general, son cuatro los temas que socavan a la UNAM: la tensión permanente por conflictos internos, la crisis de docencia post pandemia, la precarización laboral y la violencia de género.
Todos ellos tuvieron un punto de inflexión desde que Enrique Graue asumió la Rectoría .“Durante toda la gestión con Graue no hubo un solo mes en que no tuviéramos una escuela parada, un instituto tomado, un CCH cerrado por algún conflicto [….] Con la crisis de docencia, ya estaba previo a la pandemia, pero post pandemia se ha recrudecido de manera dramática”, externó.
La grave situación de los docentes precarizados fue un tema que se visibilizó en la administración de Graue y que hasta el momento no ha sido resuelto. Más del 70% de las y los profesores de asignatura se encuentran en esta situación, en claro contraste con la llamada “elite dorada” de la UNAM. Enrique Graue recibe, de acuerdo con el portal de transparencia universitario, un sueldo neto de 162 mil 684.52 pesos.
“Eso aunado al tema de la violencia de género, que está lejos de tener canales de resolución eficaces y que hagan justicia a las víctimas,” criticó la académica de Ciencias Políticas.
Pese a la imposición de Leonardo Lomelí como nuevo rector, algo ha cambiado en la UNAM. “Hay una ola de voluntad política de cambio”, afirma Rodríguez de la Vega.