10/11/2023 (Ciudad de México). El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, visitó hace dos días el Paso de Rafah, que es el único lugar de acceso fronterizo hacia el sur que conecta la Franja de Gaza con el territorio de Egipto. Recordemos que hace dos semanas, el gobierno de Israel impedía el acceso de ayuda humanitaria (vituallas, alimentos, medicamentos, instrumental médico) que la cooperación internacional y la propia ONU estaban enviando de urgencia al pueblo palestino.
Turk quedó espantado por las escenas que tuvo que ver en el hospital egipcio de El Arish, donde el hacinamiento de niñas, niños, mujeres y ancianos gazatíes, genera una alta mortandad debido a la gravedad de las lesiones y la falta de insumos médicos.
Conmovido, Turk aseguró que “Ya antes del 7 de octubre, Gaza había sido descrita como la mayor prisión al aire libre, bajo 56 años de ocupación y 16 de sitio”. La referencia al 7 de octubre es importante, pues fue en esa fecha que comenzó un feroz ataque de la milicia radical islamista Hamás contra el ejército israelí y los colonos que vivían en la parte norte de la Franja de Gaza causando 1.400 muertos y tomando 240 rehenes. Cuando el alto comisionado afirma que el territorio en que vivía el pueblo palestino tenía de antes esa calidad –una prisión, bajo un régimen de ocupación y estado de sitio- deja en claro que las acciones terroristas de Hamás, no son el génesis de la actual situación, aunque sí merecen también una investigación y sanción penal internacional.
Lo verdaderamente relevante es lo que dijo después el abogado austriaco: “El castigo colectivo de Israel a los civiles palestinos equivale a un crimen de guerra, al igual que la evacuación forzada ilegal de civiles. Los bombardeos masivos de Israel han matado, mutilado y herido en particular a las mujeres y a los niños. La última cifra de muertos del Ministerio de la Salud de Gaza se eleva por encima de las 10.500 personas, incluyendo 4.300 niños y 2.800 mujeres”.
Esta declaración efectuada por un alto mando de la Organización de las Naciones Unidas, constituye un precedente jurídico esencial para un juicio penal internacional en la Corte de La Haya contra el gobierno de Benjamín Netanyahu. Hasta ahora Turk hablaba de violaciones al derecho humanitario por parte de Hamás e Israel, pero ha decidido dar un fuerte paso al frente.
Su antecesora en el cargo, la chilena Michele Bachelet, también intentó sentar un precedente para el juzgamiento de las autoridades de Israel. Fue en mayo del año 2021, luego de que sucedió un ataque brutal contra Gaza, que la ex presidenta de Chile, que entonces era Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, afirmó: “Los terribles acontecimientos en Gaza y el territorio palestino ocupado han convocado una vez más a este consejo en sesión especial. Recientemente hemos sido testigos de la escalada más significativa de hostilidades desde 2014”.
Bachelet subrayó que aunque Israel dio varias advertencias anticipadas cuando realizó ataques aéreos en Gaza ese año, si se determina que son “indiscriminados y desproporcionados en su impacto sobre civiles y bienes de carácter civil, tales ataques pueden constituir crímenes de guerra”.
La protección del gobierno de los Estados Unidos, en el que ya estaban los demócratas, impidió con su veto que prosperaran las acciones de investigación conducentes a un juicio internacional por crímenes de guerra contra el gobierno de Israel. Ahora puede ser más complicado garantizarle impunidad al presidente Netanyahu, considerando la oleada mundial de protestas contra el genocidio en Gaza.