11/11/2024 (Ciudad de México). En un giro controvertido, Jorge Romero Herrera ha sido elegido como el nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Acción Nacional (PAN). La elección de Romero pone en entredicho la fuerza política del PAN frente al oficialismo, pues el ex diputado carece de credibilidad y es señalado por sus presuntos vínculos con el llamado “cártel inmobiliario” de la Ciudad de México.
Con menos del 50% de participación de los militantes del PAN, Jorge Romero Herrera ganó el proceso interno con el 80% de los votos, superando a su contrincante Adriana Dávila Fernández. La Comisión Organizadora del partido blanquiazul informó que, con el 91.7% de las casillas computadas, Romero se convertirá en el próximo presidente del partido blanquiazul, quien incluso antes de los resultados oficiales ya se había declarado ganador de esta contienda interna. Por su parte, Adriana Dávila reconoció su derrota, pero señaló que dudaba de la legitimidad del proceso ya que denunció una “cargada” desde las dirigencias estatales del PAN a favor de Romero Herrera.
Previo a esta nueva designación un grupo de mujeres militantes del PAN exigieron a Marko Cortés, dirigente nacional anterior, que se garantizara la alternancia paritaria a fin de que la próxima dirigente sea mujer. Sin embargo, el entonces líder nacional blanquiazul no les ofreció respuesta. Ante esto, las militantes blanquiazules impugnaron la convocatoria ante el Tribunal Electoral, mismo que señaló que ante la inminencia del cambio en la dirigencia, la garantía para que una mujer presidiera el partido se pospondrá hasta el próximo relevo.
Los señalamientos de corrupción a Romero Herrera
Dentro y fuera del PAN, Jorge Romero ha sido señalado por diversos actos de corrupción. Uno de los más conocidos ha sido su presunta participación en los negocios del llamado “Cártel Inmobiliario”, compuesto por una red de corrupción entre desarrolladores inmobiliarios y funcionarios locales de las alcaldías Miguel Hidalgo y Benito Juárez, gobernadas de manera casi ininterrumpida por el PAN desde el año 2000, cuyo negocio principal era autorizar desde las delegaciones o alcaldías permisos irregulares de construcción para las empresas inmobiliarias a cambio de adquirir departamentos considerados de lujo a precios muy por debajo de su valor en el mercado.
Entre 2012 y 2015, Romero Herrera fue jefe delegacional de la hoy alcaldía Benito Juárez. De acuerdo a las denuncias presentadas, desde este cargo el panista extorsionaba a empresarios inmobiliarios y dirigía todo el esquema de corrupción que involucra a otros funcionarios panistas como Mauricio Tabe, ex alcalde de Miguel Hidalgo; Andrés Atayde, ex dirigente del PAN en la Ciudad de México; Luis Mendoza, ex diputado federal y actual alcalde de la demarcación y Christian von Roehrich, ex diputado local y ex jefe delegacional, hoy detenido y vinculado a proceso por los delitos supuestamente cometidos como parte de este cártel.
Los señalamientos hacia el hoy dirigente nacional también han venido desde otros dirigentes panistas, como el ex presidente Felipe Calderón, quien en 2020 afirmó de él que “un amigo suyo y sobrino mío, me relató que dejó de trabajar con él cuando el propio Romero le confesó que asociaciones deambulantes y otros le representaban a su grupo ganancias de 7 millones de pesos al mes, con ellos además habían filtrado el padrón del PAN en toda la ciudad”.
Por este señalamiento de Calderón, la mañana de este lunes 11 de noviembre la presidenta Claudia Sheinbaum, desde la “mañanera del pueblo”, conminó al exmandatario a dar su opinión sobre la nueva dirigencia de su partido, Acción Nacional.
La crisis del PAN como partido de oposición
Analistas políticas y especialistas señalan que la crisis que vive el PAN en el ámbito político, con un mínimo de representación en el Congreso federal, congresos locales, gubernaturas y alcaldías, se debe fundamentalmente a la falta de liderazgo creíble entre sus principales figuras, más orientadas a proteger sus negocios de grupo que en generar una oposición ideológica al partido hoy gobernante.
Casos como el de García Luna y su sentencia en Estados Unidos por narcotráfico, las sospechas de complicidad de Calderón, las evidencias de corrupción en las empresas de la excandidata presidencial Xóchitl Gálvez o las confesiones de Marko Cortés respecto a la repartición mafiosa de cargos dentro del gobierno estatal de Coahuila, han sumido al partido blanquiazul en una crisis recurrente donde se puede advertir que, en el fondo, se encuentra el interés del poder político para generar poderío económico.
Junto a esta crisis se suma también una caída en su militancia. De acuerdo a los datos del Instituto Nacional Electoral (INE) el padrón validado actual del PAN es de 277 mil 665. Si bien esta cifra muestra un incremento luego del descenso en su militancia en trienios pasados, lo cierto es que se encuentra apenas por encima del mínimo necesario para poder constituirse como partido político de alcance nacional. Sin embargo, luego de su unión a partidos históricamente opositores, el PRI y el PRD, y al sometimiento abierto a los intereses de empresarios como Claudio X. González, la expectativa por su militancia efectiva se encuentra en la mira.