14/05/2024 (Ciudad de México). En Ucrania, el ejército de Rusia realiza una intensa ofensiva militar en el nordeste, cuyo objetivo es ampliar la línea del frente, sabiendo que una de las debilidades ucranianas es la escasez de nuevos reclutas y que, por ello, debe distribuir sus tropas lo mejor que pueda a lo largo de un extenso frente de 965 kilómetros desde el este de Jarkov (Kharkiv en ucraniano) hasta la ciudad de Kherson en el Mar Negro.
El ataque amenaza a Jarkov, la segunda ciudad de Ucrania, de un millón trescientos mil habitantes. Rusia recluto, preparó y movilizó hace meses enorme cantidad de nuevas tropas, armamento y municiones, en un despliegue logístico para un ataque que está logrando superar las barreras defensivas ucranianas. “Los aficionados hablan de tácticas, los profesionales estudian logística”, era una de las frases de cabecera del general de los marines estadounidenses Robert Barrow (1922 – 2008) y últimamente se escucha frecuentemente en los debates sobre la guerra en Ucrania. Se refiere a que las guerras -no las guerrillas que son otra cosa- entre ejércitos nacionales, desde que ingresamos en la era industrial, se ganan “sepultando al oponente en una cantidad de cacharros tal que no vea la luz del sol”, usando otra de las frases favoritas de Barrow.
Logística militar es la capacidad de producir, trasladar y reemplazar a tiempo todos los insumos necesarios para la batalla. Eso incluye armas, municiones, combustible, misiles, aviones, tanques, vehículos de transporte y, por supuesto, tropas. En todos estos apartados, Rusia ha superado tanto a Ucrania como a la coalición de 32 países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que le respaldan. Si algún riesgo corría la OTAN al respaldar a Ucrania sin entrar formalmente en combate contra los rusos, era quedar disminuida en su imagen de potencial bélico. Es muy sintomático que el último informe, fechado a mediados de abril de 2023, del “Instituto para el Estudio de la Guerra” (ISW en inglés), con sede en Estados Unidos y que cuenta con información privilegiada, acaba de afirmar lo siguiente: “Una conquista rusa de toda Ucrania no es en absoluto imposible si Estados Unidos corta toda ayuda militar y Europa sigue su ejemplo. Los rusos han reemplazado sus pérdidas humanas y están aumentando su base industrial para compensar sus pérdidas materiales a un ritmo mucho más rápido de lo que su capacidad de preguerra había permitido”.
Las fulminantes victorias rusas de los primeros tres días de su ofensiva, le costaron el cargo al comandante regional ucraniano, el general Yuriy Galushkin. Pero las purgas también llegaron al bando ruso, pues en Moscú el general Serguéi Shoigú, que se desempeñaba como Ministro de Defensa, fue destituido por supuestos actos de corrupción, nombrando Vladimir Putin en su reemplazo al economista Andrei Belousov, una señal de que busca prepararse para una situación de tensión conflictiva de larga duración, en la que podrían abrirse nuevos escenarios de guerra, ya no en Ucrania, sino con los países de la OTAN.
En estos momentos Ucrania está enviando refuerzos al nuevo frente de batalla abierto en las cercanías de Jarkov y el presidente Zelensky le ha pedido al Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, acelerar la ayuda militar comprometida tanto por Washington como por la OTAN. Blinken se encuentra de visita sorpresiva en Kiev, la cuarta desde que comenzó la guerra, pero esta vez habiendo llegado en tren desde Polonia, lo que muestra la desconfianza que tiene el Pentágono en las defensas antiaéreas de sus anfitriones.
En cuanto a la ayuda, hace poco el Congreso de los Estados Unidos aprobó finalmente un presupuesto de apoyo militar por 61.000 millones de dólares, a ser entregados entre 2024 y 2025. Por su parte, la Unión Europea acordó un paquete de 50.000 millones de dólares, pero que serán desembolsados a lo largo de cuatro años, hasta 2027. Ninguna de estas ayudas llegará, en tiempo y forma, al frente ucraniano de forma que sea eficaz para contener en este mes de mayo el avance del ejército ruso, que sí tiene todo lo necesario para su faena.
No puede decirse que la ofensiva rusa vaya a definir el fin de la guerra, pero puede significar un giro importante a la situación, que obligue a negociar la paz al gobierno de Kiev.