24/09/2024 (Ciudad de México). En Julio de 2024, la economía mexicana reportó un crecimiento del 2% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este incremento, señalado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI),  ha sido una constante durante los tres meses previos, dentro de los cuales también se puede destacar que la inflación se ha moderado y actualmente es de 4.66%.

De acuerdo al  Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), el cual mide la evolución del sector real de la economía en el corto plazo, el incremento de la economía tiene su base principal en el sector primario, cuya aportación fue del 11.6%. Las actividades incluidas en este sector corresponden a las labores agrícolas, ganaderas y pesqueras.

Las actividades secundarias, que comprenden la industria manufacturera, la minería, la construcción y la generación de electricidad, registraron un crecimiento del 0.2%. En cuanto a las actividades terciarias, que abarca los servicios y el comercio, ésta creció un 0.4%.

Si bien este porcentaje es menor en comparación con el de las actividades primarias, en el informe se señala un crecimiento sostenido en el sector luego la crisis mundial por el Covid 19. En este sentido, el aumento en este sector se debe principalmente a una recuperación en el consumo y a un aumento en la actividad comercial, impulsado por una mayor confianza del consumidor y una mejora en el mercado laboral.

Inflación: tendencia a la baja

Dentro de la información generada por el INEGI se encuentra el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Gracias a esta información es posible medir la variación en el tiempo de los precios de una canasta de bienes y servicios que consumen los hogares mexicanos.

Con base en esta medición, el INEGI informó que, paralelamente al crecimiento económico, la inflación general anual en México se moderó por cuarta quincena consecutiva, ubicándose en 4.66% para la primer quincena de Septiembre. Este descenso en la inflación es un indicio positivo para la economía, ya que sugiere una estabilización de los precios y una reducción en la presión sobre el poder adquisitivo de los consumidores.

Dentro de estos datos, se destaca que los precios de los productos agropecuarios disminuyeron 0.83%, mientras que los de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno sólo subieron un 0.11%. Esta tendencia a la baja en la inflación es resultado de una combinación de factores, incluyendo una política monetaria restrictiva por parte del Banco de México y una menor presión en los precios de los alimentos y la energía.