Ante la crítica de Slim por la participación del Ejército mexicano en la construcción de obra pública, el presidente López Obrador señaló que los militares han demostrado mayor eficiencia y a un menor costo que lo presupuestado por empresas privadas.
13/02/2024 (Ciudad de México). El hombre más acaudalado de América Latina, Carlos Slim Helú, ofreció ayer una rueda de prensa en la que hizo un resumen de su trayectoria empresarial y compartió sus opiniones sobre las políticas implementadas por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Tras un recuento de las concesiones que sus empresas han obtenido en sexenios anteriores y las conseguidas durante el actual, el magnate afirmó que no ve en qué se ha beneficiado por la actual administración federal y, en contraparte, criticó la participación del Ejército mexicano para la construcción de las obras más importantes en infraestructura en este sexenio.
Si bien afirmó que es bueno que los militares estén trabajando “en lugar de estar en el cuartel” pues así se han podido descubrir a “algunos ingenieros militares excelentes”, también afirmó que su participación en tantas obras del Estado es “un exceso.
Sobre el tema, puso como ejemplo que de los ocho tramos del Tren Maya, sus empresas sólo obtuvieron contratos para un 85% de la obra necesaria para el tramo 2.
Las diferencias entre el AMLO y el empresario
Por su parte, el presidente López Obrador, en respuesta a estos dichos afirmó durante su conferencia matutina que no está de acuerdo con el empresario y puso como ejemplo la eficiencia con la que las Fuerzas Armadas concluyen los proyectos, como en el caso del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), donde se ahorraron 120 mil millones de pesos y se concluyó en dos años.
Agregó también que con las empresas privadas de construcción el costo presupuestado se duplica o hasta triplica, además de realizarse en el doble del tiempo, en comparación con lo presupuestado y realizado por los ingenieros militares. En este mismo sentido, resaltó la construcción del recién inaugurado Aeropuerto de Tulum, el cual lo construyeron en un año y cinco meses, tiempo récord incluso en comparación con lo hecho en países como China, ejemplo mundial de eficiencia.
Los puntos de encuentro entre el Presidente y el empresario
Durante las cuatro horas de su conferencia, Slim Helú también aprovechó el espacio para señalar los puntos de encuentro con el Presidente, entre los cuales se encuentra la efectiva división de poderes. Al respecto, señaló que antes en el Poder Judicial “había una influencia enorme del Ejecutivo”, a diferencia de ahora que este poder ha tomado resoluciones contrarias a las políticas impulsadas por el actual titular del Ejecutivo..
Asimismo, señaló que la influencia del Poder Ejecutivo era demasiada en sexenios anteriores, incluso en organismos supuestamente autónomos, por lo que, al igual que López Obrador, cuestionó su supuesta autonomía. Como ejemplo señaló el caso del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), donde su presidente Gabriel Contreras fue nombrado por personajes cercanos al entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y que al terminar su tiempo en el gobierno se fue a trabajar a empresas que son competencia de una de sus empresas. Al respecto, se destaca que ha sido este organismo quien ha rechazado que las empresas en telefonía del empresario puedan participar en el mercado de la televisión abierta.
En el tema de las empresas paraestatales, el empresario aseveró que “los dos gobiernos anteriores [los de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto] abusaron mucho del petróleo”, a tal grado dejarle al gobierno actual “un Pemex muy endeudado, sin producción de petróleo, sin reservas y sin mucha exploración”.
Si bien Carlos Slim es más conocido por sus empresas en construcción y telecomunicaciones, su opinión en este sector resulta relevante ya que en los últimos años ha incrementado su interés para invertir en el sector petrolero, donde ya tiene una participación relevante en el megayacimiento Zama, el cual fue catalogado en 2017 como el quinto más importante del mundo en costa afuera.
Finalmente, el empresario octogenario se mostró en desacuerdo con otras políticas propuestas durante los últimos años, como la reducción de la jornada laboral, un impuesto a la riqueza, así como con los recientes análisis publicados por Oxfam, pues él considera que no es la riqueza lo que se debe distribuir, sino el ingreso.