26/01/2024 (Ciudad de México). En La Haya, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) tomó la decisión de exigir a Israel “tomar todas las medidas a su alcance para prevenir la comisión de un genocidio” en Gaza y “adoptar medidas inmediatas y efectivas para permitir el acceso de asistencia humanitaria”. Sin embargo, la Corte ha evitado exigir a Israel que detenga su operación militar, lo que pone en duda la efectividad del fallo.

Las reacciones han sido inmediatas. Palestina, a través de su ministro de relaciones exteriores Riyad Al Maliki, ha acogido con satisfacción la decisión de la Corte, recordando que es de obligatorio cumplimiento. Por la enorme sangría en Gaza y la posibilidad de que Israel pretenda dirigir su ataque a Cisjordania, que es el otro enclave palestino, a la Autoridad Nacional Palestina no le queda otra opción que aprovechar todos los resquicios internacionales para seguir aislando a Israel y así frenar a su maquinaria bélica. La decisión de la Corte, aunque sea una concesión diplomática –en clave jurídica- a los intereses de Tel Aviv, contiene elementos que refuerzan la denuncia internacional que ya ha quedado, por este fallo, definitivamente inscrita dentro del “Convenio sobre el Genocidio” por lo que el litigio seguirá adelante. Por otra parte, el fallo obliga al mundo a intervenir llevando la ayuda humanitaria a los centenares de miles de refugiados en Gaza.

Sudáfrica, la parte demandante, asume que el fallo de la Corte es un avance de la justicia internacional porque no niega la intención genocida israelí que es la base jurídica de su demanda. El equipo sudafricano ha resaltado que la Corte sienta un precedente jurídico fundamental al reconocer que un país africano –lejano por tanto del lugar de los hechos- puede accionar un recurso internacional, lo que abre ahora la posibilidad de que otros países se sumen (de hecho 50 países ya apoyaron a Sudáfrica). Sin embargo, Sudáfrica insiste en que hay la absoluta necesidad de un alto el fuego para salvar las vidas de los civiles y para que la ayuda efectivamente llegue a quienes la necesitan para así evitar más muertes por hambre o epidemias.

El gobierno de Israel celebró que la Corte no haya pedido parar su ofensiva. El primer ministro Benjamín Netanyahu ha querido aprovechar algunas partes de la decisión judicial en su favor, afirmando que la “guerra santa contra los terroristas de Hamás no va a parar y continuará hasta el final”.

En América Latina llamó la atención la reacción del presidente colombiano Gustavo Petro, que en sus redes sociales ha afirmado: “Triunfo de la Humanidad. Israel debe impedir el genocidio. El fallo de la Corte es contra Israel y a favor de Sudáfrica”.

Petro ha resaltado que “la Corte deja en claro que: 1. Israel deberá tomar todas las medidas para impedir genocidio en Gaza. Aclaración: no está diciendo que se está cometiendo genocidio, pero sí que se debe prevenir”.

Otros aspectos del fallo de la CIJ son: Israel deberá garantizar que los militares no cometan ningún acto de genocidio. Deberá tomar todas las medidas para castigar las incitaciones públicas al genocidio. Deberá tomar medidas inmediatas y efectivas para abordar las condiciones adversas a la vida en la Franja de Gaza. Deberá tomar medidas efectivas para preservar la evidencia de acciones que impacten la convención de Genocidio. Deberá presentar al tribunal un informe de todas las medidas adoptadas para seguir las órdenes de este tribunal en el plazo de un mes.

Lo llamativo de esta decisión del más alto tribunal de justicia global es que no bastaron los 25.000 muertos ni los 62.000 heridos, no bastaron los 9.000 niños y niñas que perdieron la vida por las bombas israelíes para que dictaminen que hay un Genocidio en curso en Gaza, no sólo que hay que evitar que suceda. Se dirá que eso se determinará en el juicio y que este apenas está comenzando. Sin embargo, semejante indefinición quedará como una mancha –y ya tiene varias- en el historial de la Corte.