27/09/2023 (Ciudad de México). El gobierno del presidente Alberto Fernández puso en vigencia un Bono para Trabajadores del Sector Informal que beneficiará a 3 millones de personas de entre 18 a 64 años, que desarrollan actividades por cuenta propia en producción, comercio o servicios, y a los que en Argentina se conoce como el sector social o popular de la economía. Según explicó Sergio Massa, ministro de Economía y candidato presidencial por el Frente “Juntos por la Patria”, el requisito para obtener el beneficio es que el trabajador o la trabajadora no cuenten con ingresos salariales registrados ni perciban ningún tipo de asistencia económica del Estado.

El Bono o refuerzo de ingresos se pagará en los meses de octubre y noviembre de 2023 y alcanzará a un monto –al tipo de cambio oficial- de 135 dólares. Sin embargo, en Argentina hay una diferencia significativa entre el cambio oficial y el llamado “dólar blue” (tipo de cambio paralelo), que es un tipo de cambio no oficial pero real, que se aplica a las operaciones con divisas fuera del mercado formal. En este caso, en la medida que los dólares se obtienen de inmediato los tenedores de divisas aplican una especie de “costo de oportunidad”, que hace que el precio de la moneda suba. Este fenómeno especulativo intentó ser frenado en el año 2011 por la entonces presidenta Cristina Fernández Kirchner que aplicó el llamado “cepo cambiario”, pero el mecanismo fue revocado por el siguiente presidente Mauricio Macri, de orientación neoliberal, en 2015.

Una vez hecho el anuncio del pago de Bono, se escucharon críticas a la medida social por algunos analistas económicos que consideran que se trata de una disposición de fondos públicos que va a incrementar el déficit fiscal, y que se estaría tomando únicamente por razones político-electorales –la primera vuelta presidencial se efectuará el 20 de octubre.

Sin embargo, salió al paso de estos ataques el propio ministro Massa, que afirmó que no pueden ser los trabajadores del sector más vulnerable -vale decir los que no tienen contrato laboral, relación salarial y beneficios sociales de corto y largo plazo- que paguen las consecuencias por la devaluación de la moneda e inflación de productos derivados del endeudamiento nacional que contrajo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el gobierno de Mauricio Macri, casi al finalizar su gestión el año 2019.

Respecto a la posibilidad de un incremento del déficit fiscal, se aclaró que la fuente de financiamiento del Bono también llamado “Refuerzo de ingresos”, será el cobro de impuestos a las ganancias de grandes conglomerados financieros. Para este efecto, el gobierno ha dispuesto que los Bancos, las compañías financieras y las compañías de seguros, paguen de manera anticipada y extraordinaria el impuesto a las ganancias de esta gestión 2023.

De inmediato, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) que es parte de la Confederación General del Trabajo (CGT) y que afilia en Argentina a todos los trabajadores y las trabajadoras que realizan actividades por cuenta propia, “sin patrón y sin salario” como la propia organización suele afirmar, respaldó de forma incondicional la medida tomada por el gobierno. En entrevista con “De Raíz”, su dirigente Juan Grabois, que también fue precandidato a la presidencia por el frente progresista de gobierno, afirmó que el Bono no debe ser entendido como una dádiva, sino como un salario social complementario a los ingresos que genera el propio sector cuentapropista y popular de la economía. “Es una forma de reconocer y promover a este importante sector, que no es capitalista privado ni tampoco público estatal, y que realiza un aporte al funcionamiento general de la economía argentina”. Según Grabois, la otorgación del bono y su fuente de financiamiento, suponen un gran avance en las políticas redistributivas del ingreso, perfectamente aplicables en otros países de América Latina.