A semejanza de su campaña en 2016, Donald Trump recurre a discursos de odio y xenofobia hacia los migrantes para ganar votos y convertirse en candidato por el Partido Republicano para la presidencia de Estados Unidos. En el camino, otros miembros de su formación imitan este discurso y negocian en su Congreso para endurecer políticas antimigrantes.

16/01/2024 (Ciudad de México). “No se puede cerrar la frontera entre México y Estados Unidos porque es fundamental la integración económica, social; es indispensable la buena vecindad”, afirmó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ante las declaración hechas por Donald Trump durante su campaña electoral por la candidatura a la presidencia de Estados Unidos en 2025.

Además, destacó el mandatario mexicano que tan sólo un día de cierre significaría cuantiosas pérdidas económicas tanto para las empresas mexicanas como para las estadounidenses, por lo que afirmó que este tipo de declaraciones responden a las elecciones internas que actualmente se realizan al interior de los partidos políticos del país vecino. En este mismo sentido se refirió a Ron DeSantis, otro de los contendientes por la candidatura republicana y actual gobernador de Florida, quien también propone políticas anti inmigrantes con fines electorales.

Finalmente, el titular del Ejecutivo resaltó que pese a este tipo de declaraciones, cuando Trump fue presidente la única diferencia entre sus gobiernos fue la pretensión de imponer aranceles a las mercancías mexicanas que entran a Estados Unidos, tema al que se llegó a un acuerdo.

Donald Trump avanza en la elecciones primarias de su partido

Actualmente, en Estados Unidos se celebran elecciones primarias en las que se busca definir la candidatura presidencial dentro de cada uno de los dos partidos políticos que componen su sistema democrático.

Por el Partido Republicano los principales contendientes son la ex embajadora ante la ONU, Nikki Haley; el actual gobernador de Florida, Ron DeSantis; el empresario Vivek Ramaswamy; y Donald Trump, quien se ha mantenido en campaña por esta postulación desde hace más de un año pese a las cinco causas judiciales que pesan en su contra.

Bajo esta lógica pre electoral, resulta relevante la victoria lograda por el ex presidente estadounidense en las elecciones primarias en Iowa, donde alcanzó un 51% de los votos emitidos con un 96% de las actas computadas, dejando a De Santis y Haley en un segundo y tercer lugar, respectivamente, y provocando la salida de Ramaswamy de la contienda.

Sin embargo, esta victoria no es una garantía de obtener la candidatura de su partido, por lo que su campaña continuará en las próximas elecciones primarias en el estado de New Hampshire, donde previamente hizo gala de un discurso de odio xenófobo y de tintes nazis al acusar a los migrante de “envenenar la sangre de nuestro país”.

Los republicanos radicalizan su discurso y acciones

En esta carrera por la candidatura republicana, otros aspirantes también han realizado diversas declaraciones en contra de la actual migración hacia Estados Unidos. Tal es el caso de Ron DeSantis, quien durante uno de los debates electorales afirmó que en caso de ganar la Presidencia enviaría al ejército estadounidense a territorio mexicano para desmantelar laboratorios de droga, esto desde el primer día de su hipotético mandato. Previamente Ron DeSantis ya se había lanzado en contra del presidente de México, acusándolo de “tener un desastre” en la frontera en común y permitir que las personas migrantes pudieran transitar libremente por territorio mexicano. Además, el gobernador promulgado diferentes leyes anti migrantes en las que establece penas severas para aquellos ciudadanos estadounidenses que les brinden trabajo, así como para aquellos que los transporten en sus vehículos.

Esta radical postura es respaldada por su compañeros aspirantes, donde incluso Trump ha hecho público que solicitó a sus asesores meses a tras preparar “planes de batalla militares” contra México en caso de resultar electo por segunda ocasión.

Por su parte, Nikki Haley ha afirmado que el gobierno estadounidense debe combatir a los traficantes mexicanos tal como lo hace ahora con los grupos yihadistas.

Migrantes: moneda de cambio para partidos políticos estadounidenses

Mientras tanto, en el congreso estadounidense, los legisladores republicanos han bloqueado el proyecto de ley de Joe Biden, actual presidente estadounidense, para continuar con el financiamiento de la guerra en Ucrania. A cambio de su aprobación, este grupo político exige la aprobación de una ley que prohíba a los inmigrantes a buscar asilo si para llegar al país  han transitado por otro país; facilitar la deportación de familias si uno de los padres ingresó de manera indocumentada; además de continuar con la construcción de al menos mil 550 km de muro fronterizo.

Por su parte, el proyecto de los demócratas, además de solicitar más dinero para la compra de armamento bélico a la industria armamentista y su posterior envío a Ucrania e Israel, también incluye un mayor presupuesto para aumentar la presencia de agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, agentes de asilo y nuevos equipos de jueces y la construcción de 32 km de muro fronterizo en Texas.

Dentro de esta pugna política, recientemente la Casa Blanca, con el demócrata Biden al frente, se ha mostrado dispuesta a implementar nuevas restricciones sobre quién puede solicitar asilo, así como para ampliar la autoridad de deportación. Al mismo tiempo, el gobierno del país vecino ha presionado al gobierno de México para que se implementen medidas más severas que reduzcan el flujo migratorio a través del territorio mexicano. Bajo esta lógica Washington ha solicitado múltiples reuniones bilaterales en los últimos meses, donde el gobierno mexicano ha priorizado resolver la crisis migratoria atacando las causas que la generan.