En este momento, cerca de 20 mil elementos de las distintas fuerzas armadas se encuentran desplegados en territorio llevando a cabo labores de rescate y atención a la población guerrerense.

01/11/2023 (Ciudad de México). Luego de la llegada del huracán Otis a la costa de Guerrero, se activó el Plan DN-III de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) para atender la emergencia. Además, también fueron puestos en marcha el plan GN-A de la Guardia Nacional y el Plan Marina.

En este contexto, las instituciones castrenses han enviado personal militar para atender a la población afectada, además de brindar infraestructura y vehículos para realizar el despeje de carreteras, el levantamiento de viviendas y el establecimiento de puentes aéreos, entre otras actividades necesarias.

Por norma y tradición, ante desastres, en México se recurre a las fuerzas armadas como medida emergente. Esto es así desde, por lo menos, el año 1966, cuando precisamente se puso en marcha por primera vez el Plan DN-III de la SEDENA, luego del paso del huracán Inés, ocurrido entre Tamaulipas y Veracruz.

De esta manera, las Fuerzas Armadas cumplen su función como protectoras de la población civil ante catástrofes que rebasan las capacidades e infraestructura de las instituciones civiles. En ese sentido, sólo las Fuerzas Armadas tienen a su disposición la infraestructura necesaria, como son los vehículos con la tracción para llegar a zonas fangosas o de difícil acceso, así como aviones, helicópteros y otros vehículos exclusivos del Ejército, además de una cantidad importante de elementos dispuestos a cumplir misiones.

Según la página de la SEDENA, el Plan DN-III se define como un “Instrumento operativo militar que establece los lineamientos generales a los organismos del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, para realizar actividades de auxilio a la población afectada por desastres de origen natural o humano, optimizando el empleo de los recursos humanos y materiales para su atención oportuna, eficaz y eficiente; apoyando, además, en la preservación de sus bienes y entorno”.

El Plan DN-III se constituye por tres etapas: la prevención, el auxilio y la recuperación. Durante la prevención se busca establecer las medidas para adelantarse a los desastres y alertar a la población ante la posibilidad de ser afectada. En la etapa del auxilio se busca preservar la integridad de los ciudadanos y el patrimonio nacional una vez que los desastres ocurren; además, en esta etapa también se llevan a cabo labores para garantizar la seguridad.

Por último, durante la recuperación se busca el retiro paulatino de los elementos desplegados una vez que se comienzan a reestablecer la condición de normalidad; en esta etapa también se apoya con infraestructura y personal militares, si así lo solicitan los gobiernos estatales en donde ocurren los fenómenos meteorológicos u otros eventos que puedan afectar la seguridad de las comunidades.

Para llevar a cabo el Plan DN-III, los elementos del Ejército se dividen en cuatro equipos, los cuales se encargan de la seguridad, el control de albergues, los rescates de población y la evacuación, respectivamente.

En el contexto del huracán Otis, hasta este 31 de octubre se habían desplegado un total de 6 mil 500 elementos del Ejército Mexicano y 500 de la Fuerza Aérea Mexicana. Además de cinco mil elementos de la Guardia Nacional, que se encargan de las vías de comunicación, apoyo a las dependencias públicas que lo soliciten y la seguridad de la población.

Se suman a estos los mil 500 elementos de la Secretaría de Marina que fueron desplegados para labores de seguridad y seis mil más que se encuentran en labores de apoyo en la costa, sumando un total de aproximadamente 19 elementos en conjunto con los guardias Nacionales y los soldados de la SEDENA.

Las labores de las dependencias no sólo se concentran en el rescate y la seguridad. La SEDENA ha establecido 10 comedores y dos cocinas comunitarias, sumando 34 mil 500 raciones brindadas para atender a las colonias populares afectadas, como son: Renacimiento, Pie de la Cuesta, Cumbres de Llano Largo, Maravillas, Polideportivo Cici, Renacimiento, José Campos, El Ejido, Buenavista, Cumbres, Coloso y Fregoso.

Otra de las actividades más relevantes de la SEDENA consiste en la concentración del acopio, lo cual se realiza en un centro establecido en Chilpancingo, Guerrero, desde donde se reciben y se redistribuyen los víveres y las despensas que son entregados a las poblaciones más afectadas por el huracán.

Por su parte, la Marina ha aportado 12 buques, 16 naves y 104 vehículos de la armada de México, además de dos retroexcavadoras, dos vehículos de volteo y dos pipas de agua, los cuales son cruciales para la atención en la costa de Guerrero y los alrededores. Entre las labores logradas por los elementos de la SEMAR, tan sólo el 30 de octubre retiraron 80 toneladas de escombro, despejando 17 kilómetros de vías.

Dentro de las actividades de rescate de las Fuerzas Armadas deben considerarse también las vinculadas con la salud de la población guerrerense, ya que personal médico tanto del Ejército, como de la Marina, se encuentra llevando a cabo consultas médicas e, incluso, operaciones de emergencia.

Aunado a ello, la SEMAR ha reunido 16 mil despensas, de las cuales se han distribuido cerca de 14 mil, además de 78 mil litros de agua repartidos de 101 mil litros recibidos. La SEMAR cuenta también con cuatro cocinetas móviles, en donde se han brindado hasta 3 mil raciones de comida en la costa de Acapulco.