En octubre del 2020 se fundó en la capital española el “Foro de Madrid”, por iniciativa del Partido Republicano de los Estados Unidos, la ultraderecha hispana organizada en el partido Vox, junto a miembros de la oposición venezolana, disidentes cubanos y fujimoristas del Perú. Desde entonces comenzó una arremetida ideológica, en principio contra el “Foro de Sao Paolo” que es el espacio político en el que confluyen partidos políticos de centro izquierda e izquierda de América Latina. Comenzó con la acusación contra varios gobiernos (Venezuela, Cuba, México, Argentina, Bolivia, Nicaragua) de que estarían promoviendo el “comunismo” cuando, en realidad, solamente Cuba podría ser considerada en rigor como un país en el que se aplica un modelo político y económico socialista.

Pero ese es sólo un flanco de ataque –construido sobre una base ficticia- contra los gobiernos populares de nuestro continente, a los que genéricamente se denomina progresistas.

El otro flanco de ataque se origina en la lucha política en Europa entre el neofascismo español, italiano y francés contra las Organizaciones no Gubernamentales (ONGs) que brindan soporte logístico a la nueva izquierda europea ecologista, feminista y favorable a las minorías migrantes. Los más llamativos neofascistas del “Foro de Madrid” –hablo de Donald Trump, Jair Bolsonaro, la italiana Giorgia Meloni y ahora el argentino Javier Milei- son negacionistas del calentamiento global, alegando que es un invento del looby oenegero (según Meloni), de los socialistas (como afirmó Milei) o de los chinos (como dijo Trump). ¡Vaya invento que lo podemos ver, sentir y sufrir con el incremento constante de las temperaturas, los incendios forestales de magnitud nunca antes vista, la escasez de agua dulce, el derretimiento de los polos y la subida del nivel de los mares!

Como saben que ya es ridículo negar el cambio climático, los ideólogos del “Foro de Madrid” lo consideran resultado de los ciclos naturales del planeta, o lo atribuyen al aumento de la actividad solar. De manera científica ya se han desmentido estos ideologemas, puesto que si fuera por el sol o por un supuesto cambio de eje de la Tierra, el calentamiento sería homogéneo en todas las capas de la atmósfera, pero actualmente el aumento de la temperatura es mucho mayor en las capas bajas que están en contacto con la superficie terrestre, donde se realizan las actividades humanas de consumo intensivo de combustibles fósiles que generan emisiones de efecto invernadero.

Como parte de esta ofensiva ultraconservadora contra el progresismo, se ataca la denominada “ideología de género”, reduciendo el género a una ideología que sería parte del “marxismo cultural”, cuando en realidad es una construcción social y cultural que amplía o restringe las posibilidades de desarrollo de las capacidades de las personas a partir de la diferencia sexual. Los neofascistas consideran que los gobiernos progresistas están inoculando esta denominada “ideología de género” que erosiona los fundamentos de la familia, a través del sistema de educación pública.

Se puede entender entonces que es parte de esta ofensiva la oposición de la derecha mexicana (el Partido de Acción Nacional pertenece al Foro de Madrid) a los libros de texto escolares que de manera gratuita distribuye el gobierno; también es parte de este ataque la reciente anulación por el Congreso paraguayo dominado por las fuerzas políticas conservadoras, de un convenio con la Unión Europea que financiaba con 38 millones de euros al Ministerio de Educación del Paraguay; otro engranaje de esta arremetida es la alevosa propuesta de Javier Milei – que recientemente logró una elevada votación en las elecciones primarias en Argentina- de eliminar al Ministerio de Educación, que se estaría encargando del “adoctrinamiento” izquierdista.

Cómo no van ser entonces buenas noticias que esta arremetida ultraderechista se la esté frenando en España, Ecuador y Guatemala. En todos esos países hay procesos de conformación o elección de gobiernos nacionales, y en todos ellos la izquierda plural está logrando avances.