Van a recibir un pago por la venta de esa marca y de esos bienes. Se hizo un avalúo y van a recibir, pues, alrededor de mil millones de pesos. Son seis mil trabajadores y les van a tocar a algunos $60 mil, $80 mil, hasta $100 mil. Esto va a ser una recompensa a lo mucho que han padecido, sufrido desde  los tiempos del neoliberalismo.”, afirmó el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, tras dar a conocer los avances en las negociaciones para resolver el caso de los trabajadores de la otrora aerolínea Mexicana de Aviación.

En semanas recientes se había dado a conocer que algunos operarios y sus abogados habían presentado un amparo para detener la compra de la aerolínea por parte del Gobierno Federal. Sin embargo, esta mañana el Presidente informó que “Se logró que un juez desechara los recursos que presentaron abogados y algunos trabajadores en contra de la posibilidad de que los representantes legales del sindicato vendieran algunos bienes y la marca de Mexicana de Aviación. Entonces ya se resolvió.

Además, el primer mandatario informó que con esto la nueva aerolínea, operada por la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), podrá utilizar la marca y así tendrá mayor reconocimiento entre la población “porque estamos hablando de Mexicana de Aviación; es un símbolo, un emblema. Y la nueva línea va a empezar a volar el 1 de diciembre de este año”, concluyó.


Las distintas privatizaciones de una empresa estatal

Mexicana de Aviación fue la primera aerolínea del país. Se abrió en 1921 y contaba con participación del Estado. En el transcurso de los años la empresa tuvo distintos cambios respecto a la participación del Estado y del capital privado hasta que, finalmente, fue privatizada por completo en 1990. Durante la misma década la empresa estuvo al borde la quiebra y el gobierno priísta de Ernesto Zedillo la rescató mediante el conocido Fobaproa.

Posteriormente, durante el gobierno del panista Vicente Fox, esta empresa fue nuevamente privatizada (ya con finanzas sanas) y volvió a manos de Gastón Azcárraga (entonces presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios), quien fuera el último dueño antes de ser rescatada y saneada por el Estado.

En aquella época la Cintra, organismo que administraba la aerolínea por parte del Estado, informó que el valor de mercado de la empresa rondaba los 1’450 millones de dólares. Por su parte, el IPAB (organismo apéndice del Fobaproa) estimó el avalúo en 319 mdd. Finalmente, el empresario pagó por ella la cantidad de 165 mdd, mientras que el gobierno asumió los pasivos.

Cinco años duró Mexicana de Aviación en poder del capital privado hasta que dio señales de bancarrota en 2010, pese a las acusaciones de los trabajadores por mal manejo de la empresa por parte de los directivos para llevarla a la quiebra. La empresa entró en un concurso mercantil en ese año en medio de un controversial proceso que mantuvo en confrontación a la base de los trabajadores y a los dueños.

Finalmente, la bancarrota se hizo oficial durante el sexenio de Peña Nieto sin que autoridad estatal alguna intercediera por los trabajadores, quienes se han mantenido en huelga desde hace 13 años.


Los negocios empresariales en detrimento de los derechos laborales

Sobre la última privatización de Mexicana de Aviación, el Presidente declaró: “Fox tomó la decisión de entregarle, casi regalarle Mexicana de Aviación a uno de sus allegados, que luego la quebró, la empresa, y quedó sin responsabilidad. Hubo impunidad. Como era antes, que siempre se protegía a los de arriba. Se despedía masivamente a los trabajadores, se les echaba a la calle. Esto sucedió en las líneas aéreas.” Además, señaló que estas negociaciones se realizaban como pago por los favores recibidos a los políticos por parte de los empresarios que continuamente se involucraban en las campañas presidenciales. Tal es el caso con Gerardo de Prevoisin, personaje principal en la compra de Mexicana en 1990 y quien habría apoyado la campaña de Ernesto Zedillo. El mandatario denunció también el caso de Aeroméxico, la cual fue vendida por Felipe Calderón como pago por el apoyo en la campaña sucia contra él en su primer intento por llegar a la Presidencia de México. Destacó también que en todas estas negociaciones los trabajadores siempre son hechos a un lado y ninguna de las autoridades defiende sus derechos laborales.

Por esta razón, el Presidente también señaló que su gobierno ha trabajado para resolver el conflicto y “ahora pues estos trabajadores van a tener aunque sea una pequeña porción de lo que por justicia les corresponde.”