La mañana del 11 de noviembre de 2022 Karen estaba muy emocionada porque parecía que la vida por fin le sonreía. A través de redes sociales compartió el motivo de su gran alegría: después de muchas batallas había logrado por fin su reconocimiento de identidad de género. Ella nunca tuvo dudas, pero ahora era oficial: a partir de ese momento, en todos los documentos constaría que era una mujer.
Karen no sabía que su día de mayor felicidad también sería el último con vida.
En la madrugada, dos disparos desangraron su cuerpo en la intersección de Emiliano Trejo y Paseo Tollocan, en Toluca, Estado de México. El agresor, un adulto de entre 30 y 35 años que huyó de la esquina en su auto a toda velocidad. El asesinato de Karen fue contemplado por varias de sus compañeras, trabajadoras sexuales como ella.
Una de ellas, Luz (pidió cambiar su nombre por seguridad), lamenta que hasta el momento las autoridades no han logrado ningún avance en el caso de su amiga. A principios de 2023 la fiscalía del Estado de México giró una orden de captura contra el agresor. Hasta el momento no hay resultados.
Desde entonces, la madre de Karen busca justicia enfrentando a un sistema que revictimiza a su hija día con día. Aún muerta Karen no escapa de los insultos, el desprecio, la indiferencia. El caso se investiga como homicidio, dado que el transfeminicidio no está tipificado en ningún Código Penal.
Más de 5 millones de personas se identifican como parte de la comunidad LGBTIQ+ en México, y 34.8% se auto identifica como transgénero o transexual, de acuerdo a la última encuesta nacional sobre diversidad sexual realizada en 2021 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Reconocer el transfeminicidio, pendiente en México
A Karen la mató su agresor, pero las leyes mexicanas la convirtieron en un número más de la montaña de cifras que viven en el olvido.
Ernesto Montes de Oca, activista de la organización Fuera del Closet A.C., señala que el caso de Karen forma parte del número al alza de asesinatos de personas trans. El año pasado contabilizaron 10 asesinatos de personas de la comunidad LGBTIQ+, ocho de ellos fueron cometidos en contra de mujeres trans. Los otros dos fueron los de un hombre gay y una mujer lesbiana.
Desde 2014 hasta 2022 el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas de la comunidad LGBTTTIQ+ ha registrado 27 asesinatos en el Estado de México, una de las principales entidades en donde se cometen este tipo de crímenes, siendo las mujeres trans las principales víctimas.
Desde 2015 hasta 2022 la organización Letra S ha documentado 385 homicidios de mujeres trans. Las principales entidades donde se registraron víctimas de muertes violentas LGBTTIQ+ fueron: Veracruz (10 casos), Guanajuato (9 casos), Edomex (7 casos) y Chihuahua (6 casos).
Aunque el transfeminicidio no está tipificado en el Código Penal mexicano, desde junio de 2019 existe la agravante por crimen de odio motivado por prejuicios y aversiones hacia una persona por su orientación sexual o identidad de género.
Tipificar el transfeminicidio permitiría tener un enfoque de género, una aproximación a los casos diferenciada. Según la investigadora Rita Segato, “el sistema continúa regulando la sociedad y sus relaciones bajo el concepto biologicista del sexo, el binarismo del género y la misoginia. Todo ello bajo el caldo de cultivo de la intolerancia, la discriminación y las violencias que legitiman el odio, rechazo y apatía social hacia las mujeres trans y mujeres lesbianas”.
Justicia para Karen es justicia para todas
Familiares y amigos de Karen no han cesado en sus esfuerzos durante estos 7 meses por llevar a los culpables frente a la justicia. “Ya se olvidaron de esto. Les dimos el espacio para que ellos trabajaran pero no hemos visto avances”, lamentan. Ante lo que consideran nulo esfuerzo por parte de las autoridades responsables del caso, interpusieron denuncias ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODEHM), la Defensoría Municipal de Derechos Humanos de Toluca y la Unidad de Control de la Fiscalía. Recuerdan como un agente del ministerio público, con tono burlón, les dijo que el crimen de Karen no iba a ser tipificado como transfeminicidio sino como homicidio “porque es un hombre vestido de mujer”.
Karen Sánchez Álvarez era activista por los derechos de la comunidad trans en el Estado de México. Colaboraba en el Colectivo Realitrans AC. Era promotora de salud y apoyaba en campañas para ayudar a personas en situación de calle. Ejercía el trabajo sexual y su sueño, como el de muchas en este país, era tener una vida digna. Fue asesinada a los 21 años.