Con el objetivo de revertir la contrarreforma de 1997 al sistema de pensiones de los trabajadores mexicanos, López Obrador precisó que aún con la reforma de 2020 los trabajadores no logran una jubilación digna, por lo que éste será el objetivo a perseguir.
10/01/2024 (Ciudad de México). Tras el anuncio hecho sobre una iniciativa de reforma para el sistema de pensiones, esta semana el presidente López Obrador ofreció más detalles sobre la misma, acentuando los objetivos y trazando una ruta para lograrlos.
En conferencia matutina, el mandatario recordó que tras la reforma impulsada por Ernesto Zedillo en 1997, los trabajadores de México sólo podrían jubilarse tras 30 años de trabajo y con tan sólo la mitad de su sueldo, o menos. Ante esto, López Obrador aclaró que actualmente se trabaja en un mecanismo que le permita a los trabajadores jubilarse con la totalidad de su sueldo en activo.
Además, precisó que su gobierno hará “un análisis, una corrida para ver cuánto necesitamos y que el Gobierno ayude y que nos pongamos de acuerdo también con el sector privado”, por lo que también descartó que con esta nueva reforma vayan a desaparecer las Administradoras de Fondos para el Retiro (AFORES).
En este sentido, también recordó que actualmente el Estado no realiza aportaciones para estas pensiones, pero que gracias a las finanzas sanas que ha mantenido su administración esto podría ser posible “para que no sea una carga directa y de un solo golpe al sector empresarial”.
Finalmente, también recordó que en 2020 se logró una reforma en este tema con el apoyo del sector empresarial, pero advirtió que es necesario profundizarla. Sin embargo, el mandatario no precisó la fecha en la que esta nueva reforma sería enviada al Congreso, toda vez que éste será renovado el 1 de Septiembre de este año, luego de un proceso electoral en el que su partido busca obtener una mayoría calificada en ambas cámaras, de la mano de sus partidos aliados, que le permita realizar este tipo de reformas constitucionales.
La reforma a las pensiones de 2020
Con la reforma hecha por Ernesto Zedillo en 1997, el sistema de pensiones de los trabajadores sufrió una privatización, toda vez que el Estado dejó de administrar estos recursos y se los otorgó a las AFORES, quienes realizan inversiones con estos recursos y realizaban un cobro de comisión del 0.9% por este manejo. Además, el total de semanas para tener derecho a jubilación se incrementó a mil 250, mientras que el sector empresarial realizaba una aportación del 6.5% del sueldo de cada trabajador.
Con la reforma hecha durante la actual administración la semanas necesarias para la jubilación se redujeron a 750, aumentando en 25 semanas cada año hasta alcanzar las mil en 2030: Por su parte, la reforma de 2020 obligó al sector empresarial a aumentar el monto de sus aportaciones de manera escalonada durante ocho años, pasando del 6.5% a 15% para 2030.
Ante estos anuncios hechos por el titular del Ejecutivo, la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), ha salido a declarar que antes de considerar una nueva reforma se debe dar tiempo para que los cambios implementados con la previa se consoliden, pero aclaró: “Estaremos atentos a las propuestas que puedan enviarse al Congreso, sobre todo para entender cuáles serían sus alcances reales, cómo se va a financiar, así como los riesgos y ventajas de su eventual implementación”.
Con la reforma de 2020 los ahorros de los trabajadores se mantuvieron bajo la administración de las AFORES, mismos que a la fecha ascienden a 5 billones 778 mil millones de pesos y pertenecen a casi 74 millones de mexicanos. Actualmente, tras esta reforma, las 10 AFORES que manejan los recursos sólo pueden cobrar una comisión máxima de 0.58% sobre el saldo total, siendo cada trabajador quien decide en cual de ellas mantiene sus ahorros para el retiro.