06/12/2023 (Ciudad de México). Este lunes 4 de diciembre el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, se reunió por separado con las dos candidatas presidenciales, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, la primera candidata de MORENA, la segunda por la alianza opositora Corazón y Fuerza por México. Ambas reuniones se realizaron por invitación del embajador y tuvieron el objetivo de “hablar sobre el trabajo conjunto entre Estados Unidos y México para beneficio de nuestros pueblos”, según palabras del funcionario estadounidense.
Después de la reunión, mediante un tuit, Claudia Sheinbaum agradeció la colaboración entre ambos gobiernos, resaltando una relación amistosa y de “cooperación para el desarrollo en un marco de respeto e igualdad entre Naciones”. Por su parte, a pesar de que Xóchitl Gálvez habló con el embajador sobre el tema de la lucha contra el narcotráfico y de la cercanía comercial de ambos países, lo que la propia candidata del Frente resaltó fue que había solicitado al diplomático la vigilancia en las elecciones de 2024.
Así, Gálvez señaló en un mensaje a medios que había advertido al embajador sobre las supuestas actitudes “antidemocráticas” del gobierno de la Cuarta Transformación. Para justificar esta advertencia, Xóchitl Gálvez hizo alusión a la reciente controversia debida a la crisis política que se desarrolló en Nuevo León luego de que su gobernador, Samuel García, zigzagueara en su intento fallido para ser candidato a la presidencia por su partido, Movimiento Ciudadano.
“Yo le dije, básicamente, que yo estaba sufriendo un ataque poco democrático del gobierno, porque no sólo me atacan a mí, apoyan a un tercer candidato para que me ataque. Ahí lo vimos claramente en la mañanera”, dijo Gálvez en su mensaje.
Llama la atención la autoridad que le confiere Gálvez a un funcionario norteamericano a partir de prácticamente acusar al gobierno de un ataque en su contra. Las intenciones de Xóchitl Gálvez no resultan claras, pero el acto sí es sintomático de una derecha que siempre ha volteado al vecino del norte y otras grandes potencias como ejemplo y autoridad en materia de democracia, justicia e intervención.
Esta visión se contrarresta con la postura oficial del gobierno de la Cuarta Transformación (4T), que siempre busca enfatizar una relación de igualdad entre naciones, como lo hace Claudia Sheinbaum en su tuit al recalcar el “respeto e igualdad entre naciones” al final. Al respecto, no es la primera vez que los miembros del partido de Gálvez, el Acción Nacional (PAN), recurren a sus referentes de la autoridad extranjera para denunciar un supuesto “atraso” en la democracia representado por el gobierno de la 4T.
Así lo hizo en dos ocasiones el dirigente del PAN, Marko Cortés, quien en mayo de 2019 y en mayo de 2021 acusó al gobierno mexicano de intervenir en las elecciones y de perseguir a opositores ante la Organización de Estados Américanos (OEA). En ambas ocasiones, el panista solicitó la intervención de la OEA, así como que los “ojos de América” estuvieran puestos en México.
La solicitud de intervención más reciente ocurrió a finales de octubre de este año, cuando la exsenadora panista y vocera de la candidata presidencial, Kenia López Rabadán, solicitara la intervención de la OEA para la vigilancia de que la entrega de ayuda a los afectados por el huracán Otis en la costa de Guerrero llegue oportunamente. Además, también le pidió a la organización internacional que instara al gobierno mexicano a restaurar el Fondo de Desastres Naturales.
Por supuesto, esta actitud de subordinación puede acompañarse de la construcción de los relatos más fantasiosos y rocambolescos. A través de un tuit, el expresidente panista Felipe Calderón revivió recientemente una teoría reproducida desde antes de que el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ganara las elecciones en julio de 2018.
En aquel entonces, Calderón habría acusado de “intervención en elecciones” a la nación de Rusia. Recientemente, el expresidente reviviría esta polémica recuperando un tuit del embajador Arturo Sarukhán en el que habla de esta supuesta intervención rusa en elecciones mediante bots en redes sociales.
Esta actitud subordinada frente a Washington y otras potencias occidentales no se oculta tampoco cuando se trata de condenar los actos violentos ocurridos en Medio Oriente. Así, en el contexto del conflicto entre Israel y Palestina, Xóchitl Gálvez hizo un llamado a AMLO para que “dejara las tibiezas” y se pronunciara en contra de los ataques “terroristas” de Hamas en algunas colonias de Israel del pasado 7 de octubre.
Lo mismo ocurre en el caso del expresidente, Felipe Calderón, quien mandó un mensaje de “solidaridad” con Israel ante los “ataques terroristas” de Hamas, pero en ningún caso se han pronunciado acerca del genocidio que el Ejército de Israel está llevando a cabo en Gaza.
Los miembros del PAN replican esos mecanismos de subordinación de la derecha latinoamericana, esperando que una intervención norteamericana o de las grandes potencias les permita el acceso al poder, como ocurría en los regímenes autoritarios durante el contexto de la Guerra Fría. A cambio, se posicionan acríticamente del lado de los intereses geopolíticos y económicos de las potencias en los eventos internacionales.
Sin embargo, estos mecanismos han mostrado su desgaste y queda manifiesto cómo recurren a ellos de manera desesperada porque hoy ya son incapaces de convencer al pueblo mexicano de votar por ellos. Los panistas no saben que no convencen a nadie desde la subordinación a los poderosos, tampoco que la asociación con la derecha en México hoy es contraproducente. Así se ha visto cuando han tenido que recular al vincularse abiertamente con la ultraderecha española representada por Vox, o cuando Xóchitl Gálvez y otros panistas celebraron el triunfo de Javier Milei en la Argentina. Están perdidos.