25/08/2023 (Ciudad de México). Tita Radilla, hija de Rosendo Radilla, recordó que su padre desapareció el 25 de agosto de 1974, en Atoyac de Álvarez, Guerrero. Por tal motivo decidieron sumar a la Glorieta de los Desaparecidos en Ciudad de México la fotografía en esta fecha, también en apoyo simbólico a las miles de familias buscadoras.
La tarde de este viernes, la familia de Tita, sus nietos y nietas, así como sus hermanas y algunos sobrinos, se dieron cita para pegar la fotografía de Rosendo, pero también la de otras personas originarias de diversos municipios de Guerrero, todas ellas desaparecidas en el contexto de la llamada “Guerra Sucia” de las décadas de los años 60 y 70.
Las consignas de “¿Por qué los buscamos? ¡Porque los amamos!” y “¿Dónde están?” acompañaron el simbólico acto en la Glorieta, ubicada sobre Paseo de la Reforma.
Tita Radilla, en entrevista con De Raíz, recordó que el caso de su padre fue una desaparición forzada por parte del ejército. También responsabilizó al estado mexicano por no detener estos actos y ser omiso, y que se expresa en las cifras que han estado lejos de disminuir y en donde prevalece la impunidad en muchos de los casos.
De acuerdo con datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDO), desde 1962 al 2023, suman más de 111 mil desapariciones en México.
Mientras se realizaba la colocación de las fotografías, Tita se pronunció sobre la renuncia de Karla Quintana [Nota sobre la renuncia en De Raíz] a la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), y dijo que es una expresión más de la crisis de desaparecidos.
“Es una muestra clara de lo que ocurre en nuestro país”, y agregó que hay miles de familias que buscan a sus hijos e hijas, ademas de que se refirió a que hay muchas fosas clandestinas en todo el país.
“Dicen que uno está en contra del presidente de la República, pero no es así, eso es mentira, estamos en contra de esa política […] de esa misma situación, de que los perpetradores siguen ahí, en las instituciones siguen, solamente cambian la cabeza. Y la gente sigue ahí, las mismas prácticas de los anteriores”, sentenció ante los medios.
Previo a este acto, la familia Radilla participó en la presentación del libro Desaparecer en Guerrero. 50 años de impunidad, entre lo paradigmático y el incumplimiento, realizado por la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), en donde se habló sobre la situación específica del estado de Guerrero.
El caso paradigmático de Rosendo Radilla
Rosendo Radilla Pacheco fue un luchador social originario de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Fue compositor de corridos, campesino y presidente municipal (1955-1956). Fue detenido de forma ilegal por militares el 25 de agosto de 1974, bajo el contexto conocido como “Guerra Sucia” perpetrado por el estado mexicano contra organizaciones políticas de izquierda.
Fue visto por última vez en el ex Cuartel Militar de Atoyac de Álvarez. Su caso fue emblemático para el sistema jurídico mexicano, porque fue el primero en el que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) condenó al estado mexicano por las violaciones graves a los derechos humanos.
Luego de la sentencia, recordó Tita a este medio, hubo medidas de reparación y los perpetradores llegaron a la cárcel, pero hay una interrogante que sigue abierta, “¿Rosendo dónde está? ”, dice su hija.
“No se le está buscando, no se le ha encontrado. No se tiene ni siquiera una pista. Sabemos quiénes son los perpetradores, pero no hay voluntad política para el esclarecimiento de estos hechos”, acusó en conversación con este medio.
En el caso de Guerrero externó que hay, en su mayoría, averiguaciones previas, pero no hay interés de las autoridades para hacer búsquedas y resolver los casos.
“El estado tendría que poner todo el esfuerzo para que las personas que están desaparecidas fueran buscadas. Las personas que están en los Semefos sean identificadas y entregadas dignamente a sus familiares y para que que estos hechos terribles no vuelvan a ocurrir”.
Tita también dijo que llevar la fotografía de su padre a esta Glorieta tenía un significado especial, porque es una lucha colectiva, de todos y todas, y subrayó que el objetivo era sumar a los desaparecidos de la mal llamada Guerra Sucia. “Para que sea una guerra se necesita de dos, y aquí fue uno contra el pueblo”, concluyó.