Argentina está a las puertas de una nueva elección presidencial a realizarse en octubre de 2023. Los ultraderechistas liberales lograron el objetivo ideológico propagandístico de correr el debate político local hacia la derecha. Salvo las candidaturas de la izquierda, las principales fórmulas que disputan el gobierno instalan un ideario y agenda de políticas “pro mercado”, amigables con los inversores capitalistas y las necesidades del capital transnacional concentrado.
Sergio Massa, Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich, Javier Milei, expresan con sus candidaturas los rumbos a seguir en el gobierno del capitalismo local. Hay matices entre ellos, por supuesto, pero coincidencia en un rumbo favorable al ingreso de capitales externos y a la profundización de un modelo productivo que atraiga y produzca divisas. Desde el poder ejecutivo impulsarán a sus bloques parlamentarios a la legitimación del funcionamiento capitalista que demanda reformas laborales, previsionales y tributarias acordes a la demanda de fortalecer la tasa de ganancia, con el resguardo de aseguro del poder judicial.
La primarización exportadora es el rumbo del modelo productivo, con la soja, el maíz u otros cultivos, la minería, los hidrocarburos, ahora el litio. El ingreso de divisas, dólares, euros, yuanes, otras monedas, es la condición necesaria para continuar negociando y renegociando el repago de una deuda impagable, por eso también son bienvenidos los fondos de los organismos internacionales, aunque solo sea para repagar lo impagable, claro que a costas de mayores intereses que compiten con gasto público social (condenado al achique).
Como es impagable la deuda pública debe renegociarse recurrentemente, lo que es una constante desde la reinstauración de los gobiernos constitucionales hace cuatro décadas. Todos y cada uno de los turnos presidenciales ejecutaron sus respectivos canjes de deudas. La hipoteca la paga el pueblo con el deterioro de las condiciones de vida.
Veamos las principales candidaturas: Bullrich, con origen en el peronismo fue funcionaria radical y terminó presidiendo el partido fundado por el primer presidente no peronista ni radical de la historia constitucional local. Rodríguez Larreta fue funcionario público por el peronismo y terminó siendo el gestor del gobierno Macri y luego titular del gobierno en la ciudad de Buenos Aires. Massa fue funcionario kirchnerista, luego crítico del kirchnerismo, presentado por Macri como socio político en Davos en 2016 y ahora candidato oficialista desde su puesto de Ministro de Economía. Así, la restauración que otrora se materializara por la vía de los golpes militares, ahora se consolida por vía electoral, corriendo la oferta electoral hacia la derecha, con un amplio espacio propagandístico auspiciado por la mayoría mediática en la manipulación del consenso social.
La pueblada que actualmente se está dando en la norteña provincia de Jujuy pone de manifiesto, una vez más, la dinámica social de resistencia que demanda la emergencia de una propuesta política alternativa, que contenga la diversidad de reclamos socio populares, de organizaciones sindicales y de trabajadores en lucha, de movimientos feministas y ambientalistas, y un conjunto de demandas sociales, culturales, hoy fragmentadas. Unir lo diverso en la búsqueda de una alternativa política popular aparece como el desafío para no resignar la política a la hegemonía de los proyectos orientados a la satisfacción del proyecto del capital más concentrado. Es posible un rumbo alternativo si se extiende la lucha y se articula estratégicamente como programa compartido de las demandas sociales. Se trata de un proyecto que se construye integralmente en una dinámica que trasciende el acto electoral de renovación presidencial en curso. La lucha popular es límite a la restauración, pero requiere organizarse en propuesta política para no solo limitar, sino para marcar nuevo rumbo en perspectiva de emancipación popular y transformación social.
Julio Gambina es Doctor en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP, e Integrante del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO (2006-2012). Integra la Presidencia de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico, SEPLA desde 2016. Director del Instituto de Estudios y Formación de la Central de Trabajadores de Argentina IEF-CTA Autónoma. Miembro del Consejo Académico de ATTAC-Argentina y dirige el Centro de Estudios Formación de la Federación Judicial Argentina.