07/01/2025 (Ciudad de México). En Ottawa, la capital de Canadá, el primer ministro Justin Trudeau anunció su renuncia al cargo, luego de permanecer nueve años al frente del gobierno canadiense. Dimitió también a la dirigencia del Partido Liberal y dijo que no se presentará como candidato en las próximas elecciones anticipadas, cuya fecha está aún por definirse, pero no podrían ser después de octubre de 2025.

Hijo de Pierre Trudeau, que fue primer ministro de su país entre 1968 y 1984, Justin fue forjando su propia carrera política llegando a convertirse en el mandatario más popular y carismático de Canadá, en lo que va del siglo veintiuno.

A sus 37 años, siendo licenciado en ciencias de la educación por la Universidad de Columbia Británica, había ganado un curul en el parlamento por el Partido Liberal en 2008. Destacó por ser uno de los más inteligentes opositores al gobierno del entonces primer ministro conservador, Stephen Harper. El año 2013 fue elegido máximo dirigente del Partido Liberal, en gran medida por sus audaces planteamientos de fortalecer las políticas sociales, fundamentalmente en salud y educación. Con este programa, que él calificó como social liberal, llegó al poder el 2015, luego de una sorprendente elección que catapultó a los liberales hacia la mayoría parlamentaria, aumentando en cinco veces su bancada de legisladores.

Con ese respaldo, Trudeau implementó al comenzar su gobierno políticas expansivas de la inversión en salud pública (atención médico dental gratuita, atención subvencionada a niñas y niños, abaratamiento de medicinas) y en el fortalecimiento de la educación pública. Por primera vez en la historia canadiense, conformó un gabinete de gobierno paritario, con igual número de mujeres y hombres. Tuvo también tintes progresistas respecto al tema migratorio y el cambio climático, convirtiéndose en uno de los jefes de Estado que con más entusiasmo apoyó los “Acuerdos Climáticos de París 2015”. En esa ocasión, Canadá se comprometió a reducir sustancialmente sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Por este tema ambiental, tuvo profundas discrepancias con Donald Trump, durante el primer gobierno del magnate ultraderechista. Recordemos que Trudeau calificó como “un enorme daño al planeta” la decisión anunciada en 2017 por la Casa Blanca, de que Estados Unidos se retiraba de los acuerdos climáticos. Un año después, en agosto de 2018, en ocasión de la renegociación del tratado comercial de América del Norte, Trump trató de aislar a Canadá y los “devaneos liberalistas de su gobierno”, conversando por separado con Enrique Peña Nieto, el derechista presidente mexicano.

El 2020 ocurrió la pandemia del Covid-19, que dejó devastadores efectos sociales y económicos. La economía canadiense, que el 2017 había logrado crecer en un 3% su Producto Bruto Interno (PBI), se fue desacelerando, debido a los elevados intereses bancarios y la pérdida de inserción comercial mundial. Llevado por el pragmatismo, el gobierno de Trudeau fue cayendo en contradicciones con su inicial programa, generando fracturas internas, como fue la renuncia de Chrystia Freeland al cargo de viceprimera ministra en diciembre de 2024.

El desgaste gubernamental y la caída de su imagen reflejada en las encuestas ciudadanas, que muestran mayor rechazo que apoyo a su gobierno, llevaron a este desenlace que acortará el tiempo del gobierno de Trudeau (previsto hasta 2026). Su salida favorece al Partido Conservador, que ahora tienen el escenario preparado para volver al poder, con su nuevo líder Pierre Poilievre, que ha manifestado públicamente posturas antimexicanas, tanto en materia migratoria como comercial.   

Precisamente en México, la repercusión del cambio político en Canadá fue inmediata. La presidenta Claudia Sheinbaum afirmó al respecto: “No creo que vaya a ocurrir algo con el Tratado. Es decir, Canadá, Estados Unidos y México se han beneficiado mucho del T-MEC. Estados Unidos se beneficia de lo que se produce en México y va a los Estados Unidos, no es asunto de competencia, sino de complementariedad. Igual Canadá”. La alusión al T-MEC tiene que ver con el hecho de que el año 2026 se hará una nueva rectificación del Tratado entre los tres países, lo que también pasa por la correlación política de fuerzas en cada país.