25/04/2024 (Ciudad de México). La fiscalía española solicitó el archivo de causa por no existir ningún tipo de indicios de delito en una denuncia contra Begoña Gómez, la esposa del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
De esta forma expedita el Ministerio Público ha recurrido la decisión del juez Juan Carlos Peinado, un letrado de 72 años, de perfil conservador y tradicionalista, que se ha hecho conocido por dar cuerpo investigativo judicial a algunas campañas de desprestigio, con base en información falsa o tergiversada, realizadas por la agrupación “Manos Limpias”.
¿Qué es “Manos Limpias”? Es una agrupación civil fundada en 1995 por Miguel Bernard, un hombre que hoy tiene 82 años, y que en esos años noventa logró aglutinar a funcionarios públicos cansados de la corrupción del cuarto y último gobierno de Felipe Gonzáles, un socialdemócrata que en 1982 ganó las eleccionesgenerando mucha ilusión, y terminó sus días de gobernante convertido en un espectro de sí mismo, que no tardaría en desalojar del poder la figura emergente del derechista José María Aznar en 1996.
Desde ese tiempo Bernard era un orgulloso militante de “Fuerza Nueva”, un partido que reivindicaba con nostalgia el legado del dictador Francisco Franco. Este perfil ideológico de Bernard se ha mantenido con el tiempo, siendo el 2011nombrado “Caballero de Honor de la Fundación Francisco Franco” por su defensa de los ideales del caudillo fascista. Cinco años después, en 2016, Miguel Bernard fue detenido acusado de delitos de extorsión efectuados desde “Manos Limpias”, a la que la Fiscalía calificó en su fundamentación acusatoria como una “asociación para ayudar a cometer delitos”. Fue condenado en 2021 a cuatro años de cárcel por la Audiencia Nacional -un Tribunal jurisdiccional con sede en Madrid, especializado en determinadas materias penales como el crimen organizado. Sin embargo, el Tribunal Supremo en marzo de 2024 anuló esa sentencia por considerar que las presiones que ejercía Bernard, de no difundir las denuncias a cambio de contribuciones económicas, si bien eran “censurables éticamente” no llegaban a configurar el delito de intimidación.
Volviendo al juez Peinado, que en otros polémicos casos ha sido criticado e incluso censurado por la Judicatura, su objetada decisión de ordenar investigar, sin elementos materiales válidos, a Begoña Gómez originó una crisis política en España. Pedro Sánchez anunció su posible dimisión al cargo de presidente del gobierno que ocupa, afirmando que no está dispuesto a tolerar ataques infundados a su familia. Dijo que suspende su agenda pública, sin dejar de trabajar, y que se tomará estos días hasta el lunes 29 de abril para anunciar su decisión final.
Este líder socialdemócrata es un raro político. No suele actuar como una máquina de mantener popularidad, pasando por encima de consideraciones humanas. Frecuentemente acude a la emotividad combinándola con la racionalidadactuando, como en el presente caso, no como un frío político para el que la familia siempre está subordinada a las grandes causas, sino pensando en la mujer con la que formó pareja y familia. La derecha y la ultraderecha españolas -que son parte activa de esta campaña de “acoso y derribo” contra Pedro Sánchez y Begoña Gómez – le acusan de intentar victimizarse. Lo que está por verse es cómo reaccionará la mayoría de la sociedad española, ya que es imposible pensar -en medio de una situación tan polarizada- que pueda surgir un consenso.
Lo cierto es que Sánchez, las más de las veces que se jugó el todo por el todo, salió triunfante. Como cuando desplazó a la “vieja guardia” de su partido, el PSOE, que votó en el Congreso español por un gobierno del derechista Mariano Rajoy el 2016; o el año pasado cuando, a poco de perder las elecciones regionales ante el Partido Popular y Vox, precipitó el adelantamiento de elecciones generales, logrando en ellas revertir una grave situación.