24/01/2025 (Ciudad de México). El Foro Económico Mundial, que toma su nombre de Davos por la ciudad suiza en que se celebra, se centró este año 2025 en la “Colaboración para la Era Inteligente”.
Motivó esto que uno de los debates fuera el rol en las democracias de las plataformas digitales controladas por grandes capitales privados. El presidente del gobierno de España, el socialdemócrata Pedro Sánchez, en su intervención llamó la atención sobre “las grandes redes sociales y el daño que están ocasionando al orden liberal y al sistema democrático”. Tenía en mente el papel que ejercerá Elon Musk, el multimillonario nacido en Sudáfrica, pero nacionalizado canadiense y estadounidense, dueño de la plataforma X, y que en el gobierno de Donald Trumpacaba de asumir el cargo de “Administrador del Departamento de Eficiencia Gubernamental” de la Casa Blanca.
Musk se ha mostrado vehemente en las últimas semanas, arremetiendo contra el gobierno británico del primer ministro Keir Starmer, de orientación laborista, o dando un respaldo abierto a Alice Weidel, líder de la ultraderechista “Alternativa para Alemania” y candidata a canciller federal en las elecciones anticipadas en ese país. Recordemos también que, durante un acto masivo con motivo de la investidura de Trump en Washington, el oligarca tecnológico hizo ante la multitud por dos veces seguidas (este detalle es importante) el saludo hitleriano, motivando que se recordaran las simpatías de su familia sudafricana tanto con el régimen del Apartheid, que impusieron los “Afrikaners” (blancos supremacistas sudafricanos de origen europeo), así como con las políticas de Hitler.
El español Pedro Sánchez propuso la necesidad de regular las plataformas tecnológicas masivas que están en manos de multimillonarios capitalistas. Una propuesta muy pertinente en la actual coyuntura, en el que se consolida un cibercapitalismo que mercantiliza hasta la vida privada y sentimental de las personas, y en el que el control ideológico de masas (que los neofascistas llaman “batalla cultural”) podría definir las luchas políticas. Sobre este tema, y ya que hicimos referencia al apartheid en Sudáfrica, es pertinente citar a uno de los grandes líderes de la población negra en la lucha contra la segregación racial, el comunista Steve Biko, que hace cincuenta años afirmó: “El arma más poderosa en manos del opresor es la mente del oprimido”.
Por su parte, el Papa Francisco afirmó que las tecnologías de inteligencia artificial pueden exacerbar “una creciente crisis de la verdad”, llamando a gobiernos y empresas a asumir sus responsabilidades sociales, asumiendo que las tecnologías deberían ser asumidas como bienes de interés colectivo.
Ya en la parte económica del Foro Mundial, había originado gran expectativa la disertación de Donald Trump. En su intervención, que la realizó por vía virtual, el magnate ultraderechista se presentó más cauteloso en sus amenazas comerciales. Seguramente tomó en cuenta las advertencias que viene haciendo la presidenta de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la nigeriana Okonjo-Iweala, que afirma: “Cualquier guerra comercial provocada por las amenazas sobre aranceles del presidente Trump provocarán pérdidas del PIB mundial de dos dígitos. Es catastrófico. Todo el mundo lo pagará”.
Por ello, ratificando su postura proteccionista de subir aranceles, el presidente de Estados Unidos se centró en los ataques a la relación comercial de su país con Europa, la deuda comercial que se ha generado y que se reducirá con países como China, y el rol de fijación del precio internacional del petróleo que tiene Arabia Saudita.
Llamó la atención que Trump no hiciera ninguna referencia al poderoso eje euroasiático conformado por China y Rusia, así como tampoco al grupo de los BRICS. Fue muy mesurado en sus expectativas de una paz inmediata en Ucrania, procurando que pase al olvido su frase de campaña “en 24 horas acabaré con la guerra”, y convocando a China para que ayude al diálogo entre las partes beligerantes.