21/01/2025 (Ciudad de México). Este lunes 20 de enero Donald Trump se convirtió, por primera vez en la historia de Estados Unidos, en el primer presidente estadounidense en asumir un segundo mandato no consecutivo, además del primero también en ser legalmente convicto y con procesos penales pendientes, pero pausados tras su triunfo electoral en noviembre de 2024.
Luego de los protocolos oficiales tanto en la Casa Blanca como en el Capitolio, el magnate se convirtió en el 47mo presidente de Estados Unidos y dirigió su primer discurso a la nación. En él, mantuvo el empuje para aprobar múltiples políticas hostiles hacia México y otros países. Con estas medidas, Trump espera regresar a una “edad de oro” estadounidense en medio del lento declive que ha tenido su economía frente a naciones más competitivas en el ámbito mundial.
A punta de decretos, Trump anunció que entre sus primeras acciones será declarar una emergencia nacional en la frontera con México, argumentando la necesidad de detener la inmigración indocumentada y deportar a extranjeros con supuestos antecedentes criminales. Esta medida no sólo ha sido criticada por diversos sectores ya que exacerba la xenofobia y el racismo, sino que también pone en riesgo una parte de la economía estadounidense que depende de la fuerza de trabajo de los migrantes.
Como parte de esta declaratoria, su administración ya giró instrucciones para cerrar su frontera sur y suspender el programa de aplicación remota CBP One, la cual le permitía a las personas migrantes presentar información por adelantado y programar citas en distintos cruces fronterizos. Las citas que estaban programadas también fueron canceladas.
Para imponer este cierre fronterizo, el multimillonario afirmó que enviará tropas militares que frenarán la entrada indocumentada de migrantes, pero adelantó que la política en este tema ya no será de “captura y liberación”, sino que restablecerá su política de “Quédate en México”. Ésta fue una medida negociada con el entrante gobierno del ex presidente López Obrador en la que México buscó atender de manera humanitaria a los migrantes deportados originarios de las naciones hermanas de Latinoamérica. Sin embargo, para su renovada aplicación, la nueva administración estadounidense no ha concertado mesas de trabajo con el Gobierno de México, el cual se ha negado a actuar como tercer país bajo el enfoque trumpista.
Como medida más polémica, el presidente convicto también ha afirmado que en su primera serie decretos designará a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, lo que le permitirá al gobierno de Estados Unidos utilizar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para combatir a estas estructuras criminales. Según Trump, estas bandas o redes criminales extranjeras son las que “invaden” su país y generan delitos devastadores en centros urbanos y ciudades estadounidenses, evadiendo con esto la responsabilidad de las autoridades de aquel país para prevenir y sancionar dichos crímenes.
La medida ha sido recibida con aplausos por parte de los seguidores de Trump, pero también ha generado preocupación debido a las tensiones diplomáticas que pueda generar con México. Al respecto, la presidenta Claudia Sheinbaum ha afirmado en distintas ocasiones que nunca permitirá que se atente en contra de la soberanía de México, por lo que ha instado a la Casa Blanca a continuar con la estrategia de colaboración y de atención a las causas que generan estas problemáticas en común.
Como parte de esta cooperación, ambos países han logrado detectar que los cárteles a los que Trump busca definir como terroristas obtienen el 74% de su armamento a través del mercado negro proveniente de las empresas armamentistas estadounidenses. Además, con medidas como la cancelada CBP One, aplicada por el ahora ex presidente Joe Biden y apoyada por el ex presidente López Obrador, se logró reducir la migración hacia el norte del continente hasta en un 50% en comparación con el último gran pico registrado en diciembre de 2023.
Como último dardo a la relación con México, Trump insistió en renombrar el Golfo de México como “Golfo de América” en una típica actitud imperialista de asumir la titularidad de todo el continente a su país, errando al asumir como sinónimo de Estados Unidos el de América.
Sin aludir directamente a México, el nuevo inquilino de la Casa Blanca afirmó que revisará su sistema comercial con otros países para que “en lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, arancelaremos y gravaremos a los países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos”. Medida para la cual planea crear un “servicio de ingresos externos”, si bien múltiples economistas han señalado que la consecuencia de implementar aranceles al comercio exterior es el incremento del costo a los consumidores estadounidenses.