17/01/2025 (Ciudad de México). El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció que se suspenden los diálogos para un proceso de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Sucedió ante la gravedad de los enfrentamientos armados en la región del Catatumbo, donde la guerrilla del ELN realiza acciones militares ofensivas contra una facción disidente de las antiguas FARC, dirigida por una persona que se hace llamar “comandante Richard”.
Iván Cepeda, senador que es delegado del Gobierno para este diálogo, informó que: “El ELN está cometiendo crímenes de guerra en la región del Catatumbo, asesinando a civiles inermes y líderes sociales. Según informes, están desplegando estas acciones en distintos municipios del área. Estas circunstancias hacen insostenible continuar con los diálogos en este momento”.
Por su parte, Iris Marín, que es la Defensora del Pueblo, informó que los combates han dejado un saldo de 30 muertos, entre los que están cinco referentes sociales que firmaron anteriores acuerdos de paz, que habrían sido ejecutados luego de ubicarlos en sus viviendas. Se reportan también varias decenas de heridos y gran cantidad de desplazados, incluyendo a profesores y profesoras de áreas rurales, que con banderas blancas abandonaron las escuelas en los municipios donde impartían clases.
El gobierno colombiano ha condenado la violencia que termina frustrando una pacificación que cuenta con pleno respaldo de la comunidad internacional. La radicalidad estéril de una guerrilla autodenominada guevarista y que dice continuar con el legado de Camilo Tórres, un sacerdote católico revolucionario, pone en duda su capacidad política estratégica, incrementando enormemente las sospechas de que ya sólo está respondiendo a intereses económicos vinculados a negocios ilegales en la región del Catatumbo.
La desestabilización del proceso de paz colombiano, debilita al gobierno de Gustavo Petro, que siempre ha tenido como una de sus propuestas programáticas alcanzar los acuerdos mediante el diálogo democrático. Ahora se alzan las voces de la ultraderecha que responde al ex presidente Álvaro Uribe, cuyos portavoces de manera apresurada han calificado de “absoluto y rotundo fracaso” las gestiones gubernamentales, intentando deslegitimar un proceso de pacificación que tiene también el objetivo de hacer justicia por los crímenes de Estado, cometidos justamente durante los gobiernos de Uribe.
Saliendo al paso de esas voces que claman por la absoluta ruptura de todo puente de diálogo, el Alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, se pronunció luego de conocer la decisión gubernamental de suspender gestiones con el ELN, con las siguientes afirmaciones: “Es sólo una suspensión, la paz nunca puede cerrar totalmente las puertas, siempre habrá la posibilidad para que la presión internacional, la presión de sus propias bases, generen una nueva reflexión, e incluso el cambio en la dirección de las personas que actualmente comandan a esa organización”.
La suspensión de los diálogos por la paz puede incluso tener alcances de desestabilización regional, considerando que en la vecina Venezuela no están del todo calmados los ánimos de una oposición de derecha al gobierno de Nicolás Maduro, recientemente investido para un nuevo período presidencial. No es casual que la ultraderecha colombiana presione al gobierno progresista para que utilice toda la fuerza militar del Estado contra el ELN, pues sabe que así convertirá a la región del Catatumbo en un polvorín cercano a la frontera colombo-venezolana, lo que es funcional a los planes intervencionistas contra Venezuela.