05/12/2024 (Ciudad de México). Como parte de la estrategía económica de la actual administración federal, la Secretaría de Marina (SEMAR) anunció un ambicioso plan de rehabilitación de puertos en toda la República Mexicana durante los próximos cinco años. La medida busca modernizar y mejorar la capacidad de los puertos, con el objetivo de fortalecer la economía nacional y mejorar la competitividad en el comercio internacional.

El plan de rehabilitación tiene como base la modernización de infraestructuras y la implementación de tecnologías avanzadas para optimizar la logística y la seguridad portuaria. Entre las principales iniciativas se encuentran la ampliación de muelles, la mejora de accesos terrestres y marítimos, la instalación de sistemas de manejo automatizados y la implementación de medidas de sostenibilidad ambiental. En total, se invertirán 32 mil 875 millones de pesos a lo largo del sexenio para concretar este plan.

De manera concreta, el Gobierno Federal centrará sus esfuerzos en seis puertos clave en Manzanillo, Lázaro Cárdenas, Veracruz, Progreso, Ensenada y Acapulco. De acuerdo a los señalado por el director general de fomento y administración portuaria de la SEMAR, el contralmirante Marco Antonio Martínez Plancarte, cada uno de estos puertos presenta características específicas en las que radica su selección para la rehabilitación.

Por ejemplo, el puerto de Manzanillo, en Colima, es el más importante de México para la importación y exportación gracias a su gran volumen de carga y ubicación en el océano Pacífico. El puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, es el puerto más dinámico en el intercambio comercial hacia el mercado asiático gracias a su manejo de contenedores. Por su parte, el puerto de Veracruz también opera como un centro logístico clave en la red de transporte de productos agrícolas y petroquímicos.

En la península de Yucatán, el puerto Progreso es vital para la exportación de productos agrícolas, por lo que la ampliación de su capacidad de manejo de contenedores y carga permitirá una mejor comercialización de los productos mexicanos. En cuanto al puerto de Ensenada, en Baja California, éste es clave para el comercio con Estados Unidos, así como para el turismo de cruceros. Finalmente, el puerto de Acapulco, además de su vocación turística, maneja operaciones de carga y ofrece rutas estratégicas para el comercio mundial, por lo que la mejora de su infraestructura permitirá crear nuevas rutas comerciales. Para este último puerto, el Gobierno Federal también tiene contemplada la rehabilitación de los muelles dañados por el paso de los huracanes Otis y John en 2023 y 2024, respectivamente.

Los puertos como parte de la red comercial

La importancia de este plan radica en su capacidad para impulsar la economía nacional, ya que no sólo busca fortalecer el comercio exterior, sino también fomentar el desarrollo regional en zonas históricamente marginadas. Además, la rehabilitación de los puertos tiene un impacto directo en la creación de miles de empleos, tanto directos como indirectos, beneficiando a comunidades enteras. 

El plan también se alinea con la estrategia económica del Gobierno Federal, que busca diversificar la economía y reducir la dependencia de sectores tradicionales. Al fortalecer la infraestructura portuaria, se facilita el desarrollo de nuevas industrias y el crecimiento de sectores emergentes, como la manufactura y la tecnología. Esto no solo mejora la competitividad del país en el mercado global, sino que también fomenta la innovación y el desarrollo sostenible.

Esta estrategia ya tiene un primer desarrollo en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, para el cual también se han rehabilitado, y continúan en proceso, los puertos de Salinas Cruz y Coatzacoalcos, en Oaxaca y Veracruz, respectivamente. Este corredor, además de haberse rehabilitado como red ferroviaria para el transporte de pasajeros, también es clave para la creación de 12 polos de desarrollo. De estos, nueve ya se encuentran en proceso de activación gracias a los incentivos que el Gobierno Federal ha otorgado a las empresas con miras a la generación de empleos.

En este sentido se destaca que, de acuerdo a la estrategia federal, todos los polos de desarrollo creados por la nueva infraestructura deberán mantener comunicación con las universidades y escuelas locales para empatar la oferta educativa con las necesidades comerciales y así contratar en el mediano plazo mano de obra mexicana de las localidades y no únicamente foránea.