07/08/2024 (Ciudad de México). En Estados Unidos, la candidata a la presidencia por el Partido Demócrata, Kamala Harris, desde que asumió un rol de primera importancia política con la renuncia a la postulación de Joe Biden, ha trastocado la correlación de fuerzas electorales llegando a remontar la diferencia a favor que estaba alcanzando el candidato del Partido Republicano, Donald Trump. La que que parecía ser una campaña de mero trámite rumbo a una aplastante victoria ultraconservadora en los comicios de noviembre, volvió a tornarse competitiva con la irrupción de Harris.

Esta performance explica los virulentos ataques a la actual vicepresidenta por el magnate de derecha. La semana pasada, en una reunión de la “Asociación Nacional de Periodistas Negros” a la que acudió, afirmó: “Ella sólo estaba promoviendo la herencia india (…) No sabía que ella era negra hasta hace unos años, cuando se volvió negra, y ahora quiere que la conozcan como negra. ¿Es india o negra?”. Kamala, que nació en California, es hija de Shyamala Gopalan, de origen indio y de Donald Harris, nacido en Jamaica.

Hace dos días, Trump le dedicó otra andanada, a propósito de la caída de las bolsas de valores en varios países del mundo: “Los mercados nunca aceptarán a Harris por ser una radical lunática de izquierdas. Los votantes tienen una elección: la prosperidad de Trump o el crack de Kamala y la gran depresión de 2024, sin mencionar la probabilidad de la Tercera Guerra Mundial si esta gente permanece en el cargo”. Varios medios de comunicación en Estados Unidos criticaron este torpe intento de atribuir a una persona la causa de una caída de valores bursátiles globales, cuya explicación es compleja y multifactorial. Pero ya el procaz lenguaje del republicano dejó en evidencia que está muy preocupado por los avances de Harris.

Y ayer precisamente la candidata del Partido Demócrata ha elegido como su acompañante a la vicepresidencia al actual gobernador del Estado de Minnesota, Timothy Walz.

Walz nació hace 60 años en un condado rural del Estado de Nebraska, en el centro del país. Entre otras cosas, su nominación se debe a la necesidad de buscar una persona que esté vinculada por origen a un Estado que será uno de los más decisivos en noviembre, un Estado que se lo están disputando palmo a palmo las dos candidaturas.

En la gobernación de Minnesota, Walz demostró que tiene convicciones progresistas en temas como las leyes de portación de armas de fuego, la defensa del derecho al aborto y la otorgación fiscal de subsidios para la infancia. Esto explica que el senador demócrata Bernie Sanders, conocido por sus simpatías con la izquierda, se haya expresado favorablemente a su nominación.

Con frecuencia, cada vez que toma contacto con los medios de comunicación, Walz se define como una “persona común y corriente”, que guarda distancia con la élite millonaria, a cuyos representantes califica como “raros”. Precisamente este denominativo se ha popularizado en las redes, desde que el ahora candidato vicepresidencial la utilizó para referirse a la dupla republicana Trump-Vance hace un mes.

Pero también hay que tomar nota de que su ideología nacionalista, fuertemente impregnada de orgullo por el potencial armado estadounidense y su rol protector del “mundo libre y civilizado”, la forjó durante su largo servicio militar de 24 años, que culminó el 2005, cuando se retiró con el grado de sargento mayor. Los últimos años de servicio bajo bandera las hizo en Europa, donde fue personal de enlace para las operaciones bélicas contra los Talibanes en Afganistán, lo que también incluyó labores logísticas para el traslado de prisioneros desde Afganistán y luego desde Irak hacia Guantánamo.

Según las últimas encuestas Kamala Harris está en virtual empate técnico con Trump, en una disputada contienda.