22/07/2024 (Ciudad de México). El Estado mexicano tiene una deuda con todos los paisanos migrantes que en las últimas décadas se vieron en la necesidad de emigrar a los Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida; así lo consideró el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Como parte de las acciones para resarcir esta deuda, el mandatario garantizó y giró instrucciones a la Secretaría del Bienestar para que todos los mexicanos mayores de 65 años puedan tramitar la Pensión del Bienestar aun cuando actualmente radiquen en el país vecino del norte, pues es su derecho como lo marca actualmente la Constitución.

Desde 1990, el número de mexicanos que migraron hacia Estados Unidos creció de manera sostenida. Inicialmente, esta decisión tuvo su origen en las políticas impulsadas por los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari y alcanzó su número máximo histórico en 2010, durante la gestión de Felipe Calderón y su cuestionada “guerra contra el narcotráfico” que sumió a México en la mayor crisis de seguridad de su historia.

De acuerdo a los datos estimados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 1990 los migrantes llegados a Estados Unidos sumaron un total aproximado de 4 millones 400 mil, mientras que para 2010 esta cifra se incrementó a 12 millones 400 mil, sólo presentando una disminución para 2015 y una más para 2020, donde el estimado se redujo a 11 millones 100 migrantes.

Durante estas décadas, “la noche oscura del periodo neoliberal” en palabras del mandatario, los mexicanos no tenían “opciones, no había oportunidades de trabajo, se abandonó el campo”, pero una vez establecidos en Estados Unidos contribuyeron tanto a la economía de aquel país como a la economía de sus familiares en México.

La importancia de los migrantes en Estados Unidos

De acuerdo a las cifras expuestas por el titular del Ejecutivo, los mexicanos radicados en el país vecino del norte generan más de 324 mil millones de dólares (mdd), de los cuales 265 mil mdd los reinvierten en Estados Unidos, mientras que 63 mil mdd los envían en forma de remesas a sus familiares que se encuentran viviendo en México.

La magnitud de esta aportación a la economía estadounidense contrasta con las campañas de desprestigio y estigmatización que realizan tanto medios de comunicación conservadores, así como diversos candidatos a cargos de elección popular en aquel país.

Entre los argumentos vertidos por las posturas xenófobas se encuentran aquellos que señalan a los migrantes como los principales actores y causantes de la grave crisis de adicciones que actualmente afecta a la población de Estados Unidos. Por tal motivo, el mandatario de México se ha propuesto desmentir con datos esta manipulación mediática y política, pero también ha invitado a los medios de comunicación estadounidenses a informar “con objetividad y profesionalismo”.

Finalmente, López Obrador reconoció que es posible que una minoría de mexicanos pueda dedicarse a prácticas antisociales como el narcotráfico, sin embargo, “la mayoría de los migrantes van a buscarse la vida, van a buscar trabajo, que no hay a veces en sus lugares de origen”, por lo que insistió en que la principal solución para atender el fenómeno migratorio no es con muros o sanciones económicas, sino atendiendo las necesidades de la gente para que así no se vean en la necesidad de migrar, pues “la migración no es por gusto, es por necesidad”.