16/07/2024 (Ciudad de México).La 4T está muy desconectada del progresismo en Sudamérica; es poco entendida e, inclusive, [por] el simple hecho de que se llama Cuarta Transformación el resto del mundo no lo entiende”, afirmó Stephanie Weatherbee Brito, integrante de la Asamblea Internacional de los Pueblos de México, durante su entrevista para el programa “¿Qué hacer?” realizado por Alina Duarte.

De acuerdo a la internacionalista, esta desconexión se debe a que desde México no se han logrado establecer suficientes canales de diálogo con los movimientos progresistas del resto del continente, mientras que en otros países también hay una dinámica que privilegia la propia lógica nacional. No obstante esta dificultad, los países progresistas de Latinoamérica sí han reconocido la línea firme y de solidaridad que México ha tenido con países como Cuba y Venezuela frente a las imposiciones imperialistas de Estados Unidos.

Esta posición se ha manifestado en innumerables ocasiones durante la conferencia matutina de presidente López Obrador, quien abiertamente declara que México no continuará con la política neoliberal de sometimiento ante los intereses estadounidenses, además de manifestarse en contra del bloqueo que Washington impuso a Cuba desde 1960 o de las “sanciones económicas” aplicadas a Venezuela desde 2015.

Esta postura del mandatario mexicano, agrega Weatherbee, genera admiración dentro de los movimientos progresistas latinoamericanos, pues comparten una afinidad ideológica al hacer frente a las políticas neoliberales impuestas desde el imperialismo. Sin embargo, si bien en México las conferencias matutinas, o popularmente llamadas mañaneras, han contribuido entre la población mexicana a comprender los objetivos de autonomía e independencia de la 4T, esto no es suficiente para el resto de países latinoamericanos.

Mientras que en México es claro que el movimiento encabezado por el actual presidente corresponde a un esfuerzo por avanzar en las luchas sociales y de justicia abanderadas antes por tres Transformaciones (Independencia, Reforma y Revolución), en el resto del continente hace falta un mejor contexto histórico para comprender dicha Cuarta Transformación.

Alianzas regionales en medio de una reconfiguración global

Luego de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos logró imponer su dominio mundial mediante la cooptación de organismos internacionales como la ONU, la OTAN, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, incluso con  la presencia de la entonces poderosa URSS.

Actualmente, señala Alina Duarte, el mundo vive una nueva reconfiguración “en donde la hegemonía estadounidense se empieza a leer de otra manera [y] en donde aparecen ya organismos como los BRICS”,  asociación de países compuesta por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que no se alinean con los intereses estadounidenses; y dentro de la cual también han sido relevantes las fuerzas progresistas en América Latina.

Esta reconfiguración, señala Weatherbee, se da de la mano con la decadencia del modelo económico en el cual está basado el imperialismo de los Estados Unidos. Este modelo depende de la dominación económica facilitada por un una economía en crecimiento, situación que ya no se vive en aquel país, pues incluso se puede hablar de que actualmente Estados Unidos tiene una “gran depresión” en su economía.

Además, agrega la internacionalista, “el modelo de acumulación del cual el imperialismo estadounidense depende, que es un modelo de producción industrial, etcétera, viene en declive desde los años 70 y que se agudiza ya muy fuertemente después de 2008”, por lo que ha perdido su capacidad para dominar el sistema económico mundial.

Frente a esta nueva realidad global, es muy importante que se pueda entender fuera de México cuáles son las ideas y las estrategias que se proponen con la Cuarta Transformación, pues en ella hay una “decisión muy clara de innovar, de salir de ciertos dogmatismos y de inventar, y de resolver las situaciones con una fidelidad a lo que es el pueblo y poner al pueblo enfrente”.

Por este motivo, Weatherbee insta a no quedarse en la solidaridad con otros pueblos latinoamericanos, sino también a explicar para el resto del mundo qué es lo que se está haciendo en México, pues para luchar contra las dinámicas estructurales del capitalismo no es suficiente entender la lucha de clases al interior de cada país, sino también “crear canales de articulación para involucrarte en las luchas de otros lugares”.

Finalmente, Stephanie Weatherbee Brito, integrante de la Asamblea Internacional de los Pueblos de México, concluye que “cada vez está quedándole más claro a los pueblos del mundo que nuestra vía para transformar la situación actual obviamente es organizarnos, es luchar por una alternativa al capitalismo”.

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