En seis estados las infancias trans menores de 12 años pueden acceder a la rectificación de su acta de nacimiento. Sin embargo, deben enfrentar diversas discriminaciones como las provenientes del sector educativo.
13/06/2024 (Ciudad de México). Las infancias trans en México han comenzado, desde el año 2022, una batalla para que sean reconocidas sus identidades. Han existido avances significativos. Por ejemplo, hasta ahora son trece entidades que tienen una Ley de Identidad de Género que permite a las personas modificar sus documentos oficiales, pero sólo en tres de ellas consideran esa modificación para infancias trans menores de 12 años.
Además, desde 2022, los consulados mexicanos también implementaron la modificación de las actas para infancias trans sin límite de edad, por lo que hasta la fecha se han realizado 500 trámites de modificación de actas para esta población.
Para Jennifer Blanco, directora ejecutiva de la Asociación por las Infancias Transgénero, a pesar de esos avances la limitación de edad para realizar esos trámites son concebidos desde un enfoque adultocentrista que considera que “menores de edad no pueden reconocer o nombrar su identidad“.
El año pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió una resolución para que Baja California y Sonora reformarán sus códigos y leyes con el objetivo de que infancias trans pudieran acceder al trámite de la modificación del acta de nacimiento acorde a su identidad de género.
Con ello, en lo oficial son 5 los estados donde se pueden llevar a cabo el proceso de reconocimiento de la identidad de género para personas mayores de 12 años: Ciudad de México, Jalisco, Oaxaca, Morelos y Sinaloa.
Sólo en Jalisco, Sinaloa y en los consulados de México en el exterior se puede llevar a cabo este proceso sin límite de edad.
Pero sólo en Jalisco se reconocen las identidades no binarias en infancias y adolescencias. Fue el primer estado en aprobar este beneficio para que las infancias trans menores de 12 años accedan a este trámite. A finales de 2023, 141 infantes y adolescentes accedieron a ese trámite en tierras jaliscienses.
Otros retos que enfrentan y lo que falta por hacer
Para Jennifer Blanco una de las violencias más graves es que estas poblaciones viven discriminaciones ya no sólo entre pares sino en el sector educativo. “Nos hemos enfrentado muchísimo con que la vida escolar para las infancias trans está llena de violencia. Parte de sus pares sí, pero también desde el personal docente directivo. Entonces, lo que nos solucionaría muchísimo a la familia o a la infancia en sí, es la decisión de si quiere compartir o no su identidad. Porque entonces hay que pasar por todo este requisito de ‘pido que me llames así y es que los documentos no dicen este nombre o este género’”, señala al medio.
La activista señala que la Secretaría de Educación Pública ha dado una batalla para que desde la Nueva Escuela Mexicana se incluya el tema de la diversidad sexogenérica en los libros de texto, que es una herramienta de cambio cultural relevante, pero señala que también deben existir normas que aseguren y protejan los cambios sociales para combatir los mitos y estigmas que hay alrededor de la diversidad enfocada en las infancias trans.
Recordó que han circulado, principalmente de líderes políticos, señalamientos que discriminan y expanden desinformación sobre la identidad trans al asegurar que reconocer a las infancias trans implica “mutilarlas”. “No existen los cuerpos equivocados, más bien tenemos que repensar qué es lo que sabemos del género, qué es lo sabemos del sexo y partir de ahí para hablar de acceso a derechos humanos. Muchas veces es fácil irse a la parte del pánico moral a través de las infancias. Somos familias cuidando a nuestras hijas, hijos e hijes. Es el gran mito que tenemos: no sólo hay dos géneros”, comparte Jennifer Blanco.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO), hasta el año 2020, de los 6.8 millones de adolescentes entre 13 y 14 años que viven en México, entre el 1.2% y 2.7% tienen una identidad de género distinta a la asignada al nacer: aproximadamente 81 mil a 183 mil adolescentes.