Por Axel Meléndez

28/05/2024 (Ciudad de México). A pocos días de los comicios electorales que, entre otros cargos, decidirán quién ocupará la presidencia de la República y múltiples cargos de elección popular, resulta importante analizar lo que se encuentra en juego en la Ciudad de México. La disputa por el centro político del país muestra que el margen de preferencia entre Clara Brugada, candidata de Morena y, Santiago Taboada, candidato del PAN, PRI y PRD, es más estrecho en comparación del existente entre Claudia Sheinbaum y Xóchilt Gálvez. En este contexto es que me permito enumerar algunos puntos de lo que se aproxima en la Ciudad de México y las posibles implicaciones que pueden existir en el desenlace de la vida pública y política del país con este proceso.

I

Lo primero que hay que decir, pese a lo que se enuncia y promueve desde ciertos grupos de izquierda independiente cuando afirman que no existe una distinción entre Clara Brugada o Santiago Taboada, es que en la disputa electoral por la CDMX se hace más visible el antagonismo de proyectos entre MORENA y, en este caso, el PAN y sus aliados. El antagonismo se hace visible no solo por lo que puede representar una ciudad de las utopías o una ciudad del cartel inmobiliario. El antagonismo se visibiliza en mayor medida porque, a diferencia de lo que acontece en la disputa presidencial, el margen de preferencia en las encuestas es más reducido, lo que permite ver las tensiones de manera más visible. Es decir, que Claudia Sheinbaum supere por mucho a Xóchilt Gálvez no deja ver con claridad la disputa de los proyectos, mientras que, en la contienda por la CDMX, se devela el antagonismo por la poca diferencia en la preferencia del electorado. 

MORENA y el proceso social de la llamada “cuarta transformación” tiene sus límites, dilemas y severas contradicciones. Pero lo anterior no basta para afirmar que “sería lo mismo” si gobernará Taboada o Clara Brugada. El reconocer las implicaciones existentes en cada proyecto no te hace, necesariamente, partícipe del proceso social que encabeza López Obrador y, mucho menos, te orilla a dejar de realizar las críticas necesarias de los sucesos en el país. La vida social y política en México cambió, por lo que nuestros marcos interpretativos de lo que acontece nos debe de invitar al reconocimiento de la diferencia existente entre ser gobernados y gobernadas por el proyecto del cuidado y las utopías con resultados probados, a ser gobernados por el proyecto de la impunidad y el cartel inmobiliario que hoy acecha con agresiones, golpes, intimidaciones y hasta balas, a quienes les cuestionen sus posiciones, como lo ocurrido recientemente en la alcaldía Miguel Hidalgo.

II

La disputa de la Ciudad de México no solo impactará a las y los habitantes de este territorio, sino que tiene implicaciones a nivel nacional. La CDMX, al ser el centro de la vida política del país porque, entre otras cosas, alberga a las principales instituciones y secretarías de Estado a las cuales diversos actores hacen llegar sus demandas, se convierte en un espacio de inflexión para los proyectos que trate de implementar quien resulte ganadora de la silla presidencial. Es decir, si ganase Taboada la Ciudad de México y Claudia Sheinbaum la presidencia de la República, lo más seguro es que el “segundo piso” de la cuarta transformación se encontraría con múltiples obstáculos en su proyecto de nación. Asimismo, ya nos ha demostrado la historia latinoamericana que, cuando existe un gobierno de corte progresista a nivel nacional, pero, al mismo tiempo pierde la capital política de su país, las disputas entre proyectos se agudizan y, en algunas ocasiones, la capital del país se convierte en un fuerte espacio de desestabilización social y de intentos de derrocamientos de los gobiernos. Es decir, en la disputa por la CDMX, lo que se encuentra en juego no solo es quién gobierna este territorio, sino el futuro de los proyectos que representa cada posición. 

III

La disputa en la CDMX ha dejado claro la capacidad de movilización, de alianzas y el programa que representan cada una de las fuerzas contendientes. Por un lado, tenemos que Santiago Taboada, al ser uno de los principales operadores del cártel inmobiliario, que no es sino una red de corrupción económica y política que opera a partir de la alianza entre funcionarios públicos y el capital inmobiliario, exhibió que el candidato del PAN fue el eslabón entre el gobierno local de la alcaldía Benito Juárez y la burguesía que especula con la vivienda en la Ciudad de México. La práctica de Taboada y sus alianzas alrededor de este tema, profundizó que los precios de adquisición y renta de viviendas sean impagables para las mayorías y, a su vez, generó y profundizó un proceso de desplazamiento de los habitantes originarios de la ciudad.

Asimismo, Taboada ha construido alianzas con organizaciones sociales como el Sindicato Libertad que ha sido acusado, múltiples veces, por el uso de la violencia y la coerción hacia sus competidores en la distribución de agua, bases de taxis, transporte de carga, etc., con la intención de apropiarse del control de los precios y así monopolizar diferentes negocios. Entre las denuncias por el uso de la extorsión y la violencia que ejerce este agrupamiento se destaca que, en 2020, su principal líder, Hugo Bello Valenzo, fue detenido al ser acusado de secuestro, extorsión y lavado de dinero. 

Estas alianzas no son menores, ya que demuestran el programa, el tipo de fuerzas y respaldo que prioriza el candidato del PAN, así como la capacidad de acción y presión que puede generar para conseguir sus objetivos al tener, por un lado, a un sector del empresariado que tiene fuerte presencia en la Ciudad de México y puede presionar a políticos y, por otro lado, a grupos de coerción directa a la población.

Clara Brugada, por su parte, tiene el respaldo de un amplio sector de la base social en la alcaldía Iztapalapa, no sólo por su trayectoria en movimientos urbano populares, sino por su gestión al frente de la Alcaldía y por la creación de las Unidades de Transformación y Organización Para la Inclusión y la Armonía Social (UTOPIAS). Estos centros urbanos, entre otras cosas, tienen la intención de dignificar la vida de las personas a partir de espacios culturales, recreativos, deportivos y de cuidado. En las UTOPIAS las personas pueden tomar clases gratuitas de natación, instrumentos musicales, terapia psicológica e incluso tener acceso a lavanderías que tienen el costo de un peso. Un hecho a destacar y que ha sido recuperado muchos medios, es que estos apoyos promueven que las mujeres también pueden disfrutar de masajes, guarderías infantiles y otros servicios del sistema de cuidados implementado. 

Las Unidades de Transformación también cuentan con espacios de reflexión sobre el uso de drogas, sobre la violencia de género, el feminismo, las relaciones igualitarias dentro de la familia o, como ocurre dentro de los espacios, museos y exposiciones interactivos como el que se encuentra en Barco UTOPIA, se comparte que el llamado cambio climático tiene como causa fundamental el sistema capitalista. Es decir, el proyecto de las UTOPIAS tiene la intención de construir una sociedad distinta a la que nos orilla la violencia estructural, pero al mismo tiempo apuesta por la formación de nuevas y nuevos ciudadanos. Asimismo, en abril de 2023, en la UTOPIA Libertad, Clara Brugada, aun siendo alcaldesa de Iztapalapa, participó en la fundación de la Internacional Feminista, espacio organizativo que se constituyó con la representación de mujeres feministas de varios países del mundo. 

Clara Brugada demuestra su apuesta, no sin posibles dilemas y contradicciones a las que se enfrenta en el marco de lo que acontece en el país, por la construcción de una sociedad distinta, en donde los cuidados sean un eje transversal desde una perspectiva feminista y no desde una lógica patriarcal. Asimismo, hace visible sus alianzas desde el territorio y con sectores del feminismo nacional e internacional.   

Estos ejemplos dejan claro no sólo los proyectos de cada contrincante por la CDMX, sino que demuestran sus alianzas y el respaldo de los grupos que representa cada uno. Por un lado, Taboada representa la expresión de política gubernamental que prioriza la burguesía inmobiliaria y, por otro lado, a Clara Brugada que prioriza, como política de gobierno, el cuidado. Asimismo, el candidato del PAN ha dejado ver que su intereses con la base social es a partir de organizaciones que apuestan a la violencia y coerción para conseguir sus objetivos, mientras que la candidata de MORENA promueve una organización que reconozca, entre otras cosas, la lucha contra los sistemas de opresión. 

IV

Siguiendo con la lógica del punto anterior, es importante reconocer que uno de los grandes logros del neoliberalismo fue convencer a quien sufre las desigualdades sociales más extremas, de que ellxs son lxs únicos responsables de su situación. Es decir, el neoliberalismo convierte a las víctimas en sus propios victimarios, oculta la responsabilidad del Estado y enmascara las causas estructurales de los problemas sociales. En este sentido, se puede afirmar que, aunque la cuarta transformación no acabó con el neoliberalismo o la explotación, sí existe una gran diferencia en promover que, a partir de la especulación inmobiliaria y la construcción de casas y departamentos impagables, la responsabilidad de poder acceder a una vivienda digna se debe a la individualidad de cada persona, a construir, a partir del reconocimiento de la problemática, una política de gobierno en donde el derecho a un hogar digno es parte de la responsabilidad del gobierno. 

Es decir, no es lo mismo promover la construcción de hogares impagables, dando como resultado que las personas tengan que endeudarse por más de veinte años con tasas de intereses impagables, al reconocimiento por parte del gobierno del derecho a la vivienda y, por tanto, a la construcción de políticas sociales para atender la demanda. 

Taboada, como fiel representante de su partido y de la política neoliberal, promueve, a partir del negocio y la ganancia para unos pocos, así como la individualización del problema de la vivienda. Clara Brugada, a partir del reconocimiento del problema estructural, apuesta por la construcción de políticas sociales de cuidado en donde se incluye el derecho a la vivienda. Esto no es un problema menor, ni tampoco se trata solo de cómo administra cada posición el aparato de Estado. Se trata, entre otras cosas, de mirar las potencialidades que se pueden abrir o cerrar para la lucha y conquista de los derechos sociales. Es decir, los márgenes de acción, para la población y para las izquierdas, tomarían rutas y ritmos distintos en función de quién gobierne. Simplemente no es lo mismo luchar preocupado por conseguir el dinero de una renta impagable, que luchar sin que esa preocupación sea la fundamental de la existencia de las personas. 

V

Las derechas han reconocido que la verdadera disputa de los proyectos se realizará en la Ciudad de México. La oposición al proyecto de la cuarta transformación tiene claro que en estos comicios no lograrán, por lo menos dentro de la lógica electoral, conquistar la presidencia de la república, por lo que se preparan para reconstruirse desde un espacio como el que representa la CDMX para el país. En este sentido, no se puede dejar de señalar lo que se encuentra en juego en este momento: la conquista de derechos a partir de posibles espacios que se abren para la lucha o la profundización de las desigualdades sociales. 

Ser parte de la llamada izquierda independiente o no estar afiliado a MORENA, no debe de justificar el no observar lo que está aconteciendo y lo que representaría una victoria para el PAN y el grupo opositor en la Ciudad de México. Este reconocimiento no significa dejar de realizar la crítica o el señalamiento necesario de los límites y contradicciones del proceso social que vive actualmente nuestro país. Asimismo, no representa dejar de apostar por una organización que profundice las luchas con un carácter de clase.

El hecho de visualizar lo que está en juego en la CDMX implica, primero, entender el qué y el cómo de lo que acontece en la vida política de nuestro país, para que después, en segundo momento, hacer críticas desde la izquierda que actúa en torno a un programa de lucha contra las opresiones estructurales. Es necesario mirar la particularidad del momento histórico y no solo argumentar desde los manuales del “debería ser” a los que, pareciera, estamos acostumbrados desde cierta izquierda del país. 

Se hace imprescindible, entonces, reconocer que existe el 70% de aprobación al proyecto de la cuarta transformación y que el sujeto que articula y marca el ritmo de lo que acontece en el país, ya sea por su pasividad o su acción, es el obradorismo. Centrémonos en el aquí y en el ahora para imaginar luchas y conquistas posibles a futuro. Dejemos los paradigmas revolucionarios ideales y las revoluciones de manual para poder observar y construir, sobre las potencialidades, contradicciones y límites del momento, mayores y mejores herramientas para la disputa y la transformación que queremos. 

Recuperemos a Gramsci cuando afirma que “el pueblo tiene el sentimiento, siente, actúa; el intelectual comprende, pero no siente” para replantearnos, sin olvidar que llegar al gobierno no es lo mismo que conquistar el poder político, nuestra práctica y lectura de la realidad de lo que se puede aproximar. Lo que está en juego no solo es la batalla de las ideas en donde cierta izquierda tiene la razón desde sus interpretaciones. Lo que está en juego es un proyecto de sociedad para quienes viven en la CDMX y en el resto del país, por lo que, es ahí, en donde hay que dar una disputa clara y precisa desde las trincheras que cada quien elija, pero sin dejar de mirar lo que acontece.