25/04/2024 (Ciudad de México). Durante los últimos días, el estado de Chiapas –particularmente su frontera sur colindante con Guatemala– ha sido noticia debido a distintos problemas asociados a la seguridad pública

Primero porque el sábado 20 de abril el gobierno de Estados Unidos, a través de su embajada en México, emitió una alerta a sus ciudadanos para que eviten viajar al estado del sureste mexicano “debido a la creciente violencia y preocupaciones de seguridad en Chiapas”. El gobierno norteamericano hizo énfasis en la región fronteriza entre Guatemala y Chiapas, así como en las ciudades de Ocosingo, El Ocote y Mapastepec, entre otras.

Segundo, por el retén que el domingo 21 de abril detuvo el paso a la candidata a la presidencia por la alianza Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, mientras se trasladaba por la carretera de Motozintla rumbo a un evento de campaña convocado en conjunto con el candidato para el gobierno del estado, Eduardo Ramírez.

El encuentro fue videograbado por Latinus, el único medio que fue capaz de acceder al retén. Según lo que se puede escuchar, el encapuchado le dijo a Sheinbaum Pardo que no estaba en contra del gobierno de su copartidario, el presidente Andrés Manuel López Obrador, y le solicitaban que se acordara de “la gente pobre” y que atendiera el problema que se vive en Frontera Comalapa debido a la inseguridad.

Posteriormente, ante la pregunta expresa de periodistas, la candidata dijo a los medios de comunicación que no sintió miedo durante el encuentro y que no cree en la posibilidad de que el sujeto encapuchado formara parte del Cártel de Sinaloa. Además, sugirió que podría tratarse de un montaje, debido a que el único medio que tuvo acceso a dicho encuentro fue Latinus, cuya principal figura es el periodista Carlos Loret de Mola y los mayores accionistas forman parte de la familia Madrazo, ambos adversarios veteranos del presidente AMLO.

La sospecha no es gratuita. Latinus también ha sido señalado por un aparente montaje en una entrevista a Celso Ortega Jiménez en febrero de este año, un supuesto líder de la organización criminal guerrerense Los Ardillos. En aquel video, Ortega habló sobre una aportación de Los Zetas en Michoacán a la campaña de Andrés Manuel López Obrador en el año 2006.

Según lo comentaron especialistas en aquellos días, durante las fechas a las que refiere el presunto criminal, Los Zetas no contaban con suficiente presencia ni capacidad para hacer una donación de tal magnitud. Además, trascendió que el presunto líder criminal es hermano de Bernardo Ortega, exalcalde de Quechultenango por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), actual integrante de la alianza opositora al gobierno de AMLO. Por último, aquella entrevista ocurrió inmediatamente después de la publicación de tres reportajes en medios internacionales en las que se sugería sin pruebas que la campaña de AMLO en 2006 había recibido dinero de la organización de los Beltrán Leyva, rivales desde entonces de Los Zetas.

Independientemente de la posibilidad del montaje en el evento, lo cierto es que la frontera sur experimenta un momento crítico debido a la violencia ejercida por las organizaciones criminales. Así lo vive día con día la familia de Norma, comunicóloga originaria del municipio de Frontera Comalapa cuyo nombre fue cambiado por razones de seguridad.

Frontera Comalapa se encuentra a poco más de una hora de distancia de donde ocurrió el retén que habría detenido el paso de Claudia Sheinbaum el domingo. Según lo mencionado por Norma, la ciudad se encuentra “secuestrada” por un grupo criminal particular, el MAÍZ, el cual comenzó a representar un problema de seguridad sobre todo a partir de julio de 2021.

Frontera Comalapa es un territorio en el que han abundado las organizaciones populares, vinculadas muchas veces a las actividades comerciales que caracterizaron al municipio. Sin embargo, también resulta sumamente atractivo para todo tipo de actividades ilegales, que van desde el contrabando de mercancías, hasta el tráfico de drogas o la trata de personas.

En ese contexto, MAÍZ llegaría con la promesa de proteger a los habitantes de la violencia que empezaba a incrementarse en la comunidad; sin embargo, en la actualidad, los habitantes añoran aquellos años previos a la llegada de MAIZ, cuando la violencia y el acoso de los grupos criminales no limitaban la actividad comercial. “El grupo anterior, no llegaba a tanto, o sea, al hostigamiento, al cobro de derecho de piso, extorsiones, y todo esto que hace este otro grupo” recuerda Norma.

Según lo señalado por la comalapense, es un secreto a voces que quien se encuentra detrás de MAIZ es el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Sin embargo, explica, esta organización – considerada como la segunda más grande del país y caracterizada por el uso de la violencia – no podría haber llegado revelando su identidad, por lo que utilizaron la fachada de la organización social MAIZ, facilitado porque la población local estaba muy familiarizada con las organizaciones populares: “Obviamente no podían llamarse como lo que eran”, sentencia.

Sin embargo, a partir de el verano de hace tres años se comenzó a revelar de maneras cada vez más evidentes las pretensiones criminales de este grupo, que en la actualidad mantiene un orden local, obligando a la población a participar en retenes para controlar los ingresos y salidas en el municipio: “Son pobladores que están obligados a estar ahí. Y si no están ahí, la multa económica es lo mínimo que les puede pasar, ya te imaginarás lo demás” lamenta Norma.

Otro problema que la población comalapense enfrenta es que el grupo MAIZ corta las comunicaciones del municipio de manera intermitente y mantienen un toque de queda, además de establecer un control sobre las mercancías que se comercializan en Comalapa. Ello ha repercutido negativamente en la economía de la población en general, al elevar los precios de manera exponencial y difundir el miedo en la población.