Para este miércoles 10 de abril la mayoría de la comunidad internacional había condenado el asalto a la embajada mexicana por las fuerzas del orden ecuatorianas ocurrido el pasado viernes 1 de abril. El asalto tuvo el objetivo de capturar a Jorge Glas, exvicepresidente y líder relevante de la oposición correísta en aquel país.
10/04/2024 (Ciudad de México). Bajo el pretexto de que el exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas tiene pendiente el cumplimiento de una sentencia penal, el gobierno de Daniel Noboa tomó la prerrogativa de ingresar violenta e ilegalmente a la embajada mexicana, considerada en el derecho internacional como parte extraterritorial.
La solidaridad de los estados latinoamericanos con México llegó casi de inmediato. Incluso, el gobierno argentino de Javier Milei, que recientemente había mantenido confrontaciones verbales con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) por sus diferencias ideológicas, condenó las acciones.
A esta solidaridad derivada de la cercanía cultural – y, en muchos casos, política– con los países latinoamericanos, se suma la condena de la Organización de Estados Americanos (OEA), que este 10 de abril rechazó en pleno el ataque a la embajada. La condena contó con 29 votos a favor; es decir, salvo por Ecuador, que voto en contra, y de El Salvador, que se abstuvo, los gobiernos de América reconocen que este hecho fue violatorio del derecho internacional.
A pesar de este reconocimiento, conviene aclarar que no implica sanción alguna contra Ecuador y, por el momento, la OEA únicamente llama a retomar el diálogo entre ambos países. Sin embargo, el gobierno del presidente AMLO anunció que impulsará una denuncia en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), calificando los actos como autoritarios y violatorios de nuestra soberanía y el derecho internacional.
Por su parte, Claudia Sheinbaum, candidata a la presidencia por el partido del presidente, respaldó al mandatario, calificando el asalto a la embajada como “inconcebible”. Apuntó, además, que una sanción se vuelve necesaria, ya que “si lo hace Ecuador, lo puede hacer cualquier país y eso tiene que ser sancionado, no puede ser que eso pase como si nada”. “Tiene que haber un reconocimiento de que hubo un error”, sentenció la candidata.
Ahora bien, ¿cuáles son las posibles sanciones y sus alcances?
En entrevista para De Raíz Daira Arana, directora de Global Thought, afirmó que el alcance de esta denuncia es principalmente político. Algunas de las sanciones que la CIJ podría imponer al Estado de ecuador girarían en torno a la reparación del daño. Como ejemplos Daira señala la disculpa pública o la reposición material de lo dañado.
Las posibles sanciones de la CIJ, señala Arana, podrían representar un golpe al prestigio político de Ecuador, pero esto se podría ver sólo hasta que se manifiesten las acciones emprendidas por los estados individuales contra Ecuador una vez sea emitida la sentencia, particularmente en aspectos vinculados con las relaciones tanto diplomáticas, como económicas.
Por otro lado, según lo que señala la directora de Global Thought, una acción como la emprendida por Ecuador no ocurre de manera espontánea, sino que existe un contexto que la posibilita: “Ningún Estado se atreve a violar la integridad de una instalación diplomática porque sí. Me parece que esta es una acción que o conlleva mucha ignorancia de las personas que están asesorando al presidente Noboa o hay un respaldo prometido ante estas acciones”. El planteamiento coincide parcialmente con lo que ha señalado el propio presidente AMLO, quien apuntó que “esto no lo hace un gobierno si no siente que tiene el respaldo de otros gobiernos o de potencias”.
A propósito, la especialista del Observatorio Lawfare, Silvina Romano, reflexiona sobre la necesidad de castigar las acciones violatorias del derecho internacional que ejecutó el gobierno de Noboa para capturar a uno de los principales líderes opositores a su gobierno. Destaca que, de no imponer una “sanción equivalente al crimen”, se presenta la posibilidad de que cualquier Estado lleve a cabo acciones similares en contra de la soberanía extraterritorial, tal como señala Claudia Sheinbaum.
Romano compartió con este medio su preocupación por el trasfondo político detrás de las acciones del país ecuatorial, ya que nos colocan “ante un escenario de máxima incertidumbre y vulnerabilidad para la militancia”, independiente de la corriente política de la que se trate. Silvina considera, además, que hay un mensaje sumamente desmovilizador en la captura de Glas, opositor progresista a la tendencia neoliberal del gobierno de Noboa: “No te metas en política, y menos en política progresista, porque te vamos a perseguir hasta dentro de una embajada, no vas a tener a nadie que te salve”.