21/02/2024 (Ciudad de México). La presencia del crimen organizado en Guerrero continúa y crece, aunque está enraizado desde hace por lo menos tres sexenios, reconoció el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia matutina.
El mandatario se refirió a este tema y afirmó que la actual crisis de violencia en dicho estado es debido al respaldo social y comunitario a ciertos grupos delictivos y porque estos entraron por la permisividad y complicidad de partidos políticos.
Andrés Manuel López Obrador consideró que el crecimiento de la delincuencia en Guerrero fue resultado, en gran medida, del abandono a las juventudes y a las comunidades durante el periodo neoliberal.
“Se dejó a la gente sin apoyo en sus comunidades; es algo que ha cambiado en esta administración, en la que se han instrumentado políticas específicas para la atención de ese sector, como Jóvenes Construyendo el Futuro”, sostuvo.
También detalló que la estrategia que se ha utilizado cuando se ordena a las fuerzas armadas y Guardia Nacional estar en las calles es evitar caer en provocación: “Que se use más la inteligencia que la fuerza, que no haya enfrentamientos, ni masacres ni detener a los dirigentes de las bandas, como se ha hecho, porque no hay impunidad para nadie”.
No obstante, recordó que es desde el Poder Judicial en donde se encuentra la principal resistencia y confabulación de jueces con grupos del crimen, porque son quienes “actúan con absoluta impunidad y otorgan libertades a delincuentes, (…) La impunidad la otorgan los jueces, los magistrados, los ministros. Y no sólo al crimen organizado sino también a la delincuencia de cuello blanco”, externó el tabasqueño.
También se refirió al papel del clero en el fortalecimiento de la paz y reconoció la capacidad de movilización que tiene. Incluso durante su gira en Guerrero, el 16 de febrero, el mandatario aseguró que veía bien el trabajo de la Iglesia para intentar pacificar la entidad. Obispos de cuatro diócesis distintas de Guerrero tuvieron reuniones con líderes criminales para intentar pacificar a los territorios.
Sin embargo, debido a que los presuntos líderes habrían puesto condiciones para “mantener territorios” bajo su control, no se llegó a un acuerdo, ya que no estaban dispuestos a ceder, explicó el obispo José de Jesús González Hernández, de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa.
Desde 2017, líderes de la Iglesia católica de Guerrero, principalmente el ex obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza (2015-2022), han sostenido reuniones con grupos criminales con el fin de interceder para pacificar la entidad pero hasta hora no se ha conseguido.