20/12/2023 (Ciudad de México). Por años el Departamento de Estado de Estados Unidos, comenzando por el republicano Donald Trump y continuando por el demócrata Joseph Biden, insistieron en que Alex Nain Saab Moran, preso desde el año 2020, era el testaferro del presidente venezolano Nicolás Maduro, levantándole cargos por “conspiración para lavado de dinero”.

Pero… ¿quién es Saab? Nacido colombiano, en la ciudad de Barranquilla el 21 de diciembre de 1971, de familia libanesa y palestina, vivió permanentemente en Venezuela desde el 2000, dedicado a la exportación de ropa de moda y, posteriormente, dirigiendo una empresa que obtuvo del gobierno de Hugo Chávez contratos para la construcción de viviendas sociales.

Recordemos que, tras el fallecimiento de Chávez el 2013, la Casa Blanca asumió que la caída del proceso chavista era inminente. No sucedió. Nicolás Maduro ganó las elecciones de fines del 2013 y comenzó a consolidar su liderazgo. Washington respondió –durante la administración de Barack Obama- con la Orden Ejecutiva 13692 que declara a Venezuela como una “amenaza extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos”. Importante mencionar esto, ya que con el tiempo Obama pasó a convertirse en algo así como un emblema democrático y de convivencia pacífica, lo que por cierto no corresponde a la realidad.

Volviendo a Saab, desde el año 2016 colaboró con el programa “Comités Locales de Abastecimiento y Producción” (CLAP), cuyo objetivo era el abastecimiento subsidiado a más de 10 millones de familias venezolanas. Recordemos que las medidas unilaterales tomadas por Estados Unidos significaban para Venezuela un bloqueo de todas sus transacciones comerciales, de exportación e importación de productos. El empresario Saab, simpatizante del proceso bolivariano y que ya para entonces tenía la nacionalidad venezolana, logró importantes acuerdos con empresas turcas, iraníes, colombianas y de otros países. No sospechaba que por estos acuerdos, la “Office of Foreign Assets Control” (Oficina de Control de Activos Extranjeros) estadounidense lo colocaría en una lista de personas a las que acusaba del delito líneas arriba referido.

Saab continuó con sus gestiones como diplomático venezolano, lo que no tiene nada de extraño ya que en todas las cancillerías de todos los países hay “encargados de negocios”, que tienen a su cargo la diplomacia económica. Cuando se declaró la pandemia del Covid, Saab pudo obtener contratos de compra de alimentos, medicamentos, además de haber gestionado el envío por Irán de varios buques tanque petroleros, que rompieron el cerco estadounidense.

En uno de sus periplos, mientras el avión en que viajaba (avión oficial de la República de Venezuela) aterrizó con fines de carguío de combustible en la República de Cabo Verde (isla al noroeste de África) fue detenido de manera ilegal el 12 de junio de 2020 y posteriormente –también vulnerando el derecho internacional- fue extraditado a Estados Unidos. Desde entonces estuvo recluido en una cárcel en el Estado de Florida.

El gobierno de Venezuela durante estos tres años ha denunciado que Saab fue sometido a torturas físicas y psicológicas durante su encierro, con la intención de que incriminara a Nicolás Maduro. También en este tiempo se organizó desde Estados Unidos un movimiento internacional denominado “Free Alex Saab”.

Hoy termina este largo episodio de persecución política revestida de formatos judiciales. Alex Saab acaba de ser liberado, en un intercambio por 10 estadounidenses presos en Venezuela y la liberación de 21 personas venezolanas sobre las que pesaban acusaciones de instigación a la violencia contra el gobierno encabezado por Maduro.

El líder venezolano acaba de decir en Caracas, al momento de recibir a Saab, que “Venezuela va a celebrar por todo lo alto esta victoria lograda por la defensa de la verdad y por la perseverancia en la búsqueda de la justicia”. Por su parte Saab dijo: “Gracias al pueblo de Venezuela, me siento orgulloso de servir a un gobierno humano, leal, que no abandona y que, como yo, nunca se rinde”.