23/10/2023 (Ciudad de México). En Argentina se han realizado las elecciones presidenciales más importantes en cuarenta años. Desde el 30 de octubre de 1983, cuando el liberal demócrata Raúl Alfonsín ganaba las primeras elecciones luego de una feroz dictadura militar, no ocurría una coyuntura política tan decisiva como la de hoy, en que el crecimiento de la ultraderecha marcó el pulso de la coyuntura argentina, quedando el progresismo en la búsqueda de un hipotético centro político social, que también se ha corrido ideológicamente hacia la derecha.
En este escenario y pese a que la candidatura oficialista moderada del actual ministro de economía Sergio Massa por el Frente “Unión por la Patria”, ha quedado en primer lugar logrando el 36.5% del respaldo en urnas equivalente a 9,6 millones de votos y alcanzando también la primera bancada legislativa con 109 diputados y 34 senadores, no le fue suficiente para consolidar una victoria en primera vuelta. El neofascismo encarnado en Javier Milei –al que los grandes medios argentinos edulcoran como “ultraliberal” siendo alguien que sin tapujos reivindica la dictadura argentina- con su agrupación “La Libertad Avanza” se mantiene al acecho, pues consiguió el segundo lugar con el respaldo del 30% que equivale a 7,8 millones de votos y una bancada de 38 diputados y 8 senadores. Ambos irán al balotaje del 19 de noviembre.
Massa y Milei intentarán conquistar el decisivo bolsón electoral de Patricia Bullrich, candidata del frente “Juntos por el Cambio” que quedó en tercer lugar con el 23,8 de apoyo, que significan 6,2 millones de votos y una importante bancada de 93 diputados y 24 senadores. Anoche, al mismo tiempo que anunciaba su retiro como referente del partido del ex presidente Mauricio Macri, Bullrich tendió puentes hacia el lenguaraz Milei, con una arenga a votar “por el cambio y contra la continuidad del gobierno populista”.
Pero está por verse si el frente macrista mantendrá su cohesión y si su base votante estará dispuesta a apoyar toda a Milei. Conocedor de esto, Sergio Massa ya ha dicho que “hablaré con Macri, con quien tengo una buena relación”. Como se dijo, Macri aplicó el modelo neoliberal en Argentina en su presidencia entre el 2015 y el 2019, siendo el directo responsable de la mala situación social y económica que atraviesa el país rioplatense. Sin embargo, hoy ha quedado convertido en el factor político al que buscarán todos porque, tanto por la votación conseguida por su frente político como por la bancada legislativa que tiene, se alzó con la llave de la gobernabilidad. Este dato muestra cómo, el espectro político de Argentina, se ha corrido hacia la derecha.
Además de cerrar el paso al neofascismo, lo que preocupa a las organizaciones populares, sindicales y feministas es que el pragmatismo de Massa le lleve a hacer un pacto con el macrismo, lo que sólo puede significar aplicar políticas regresivas, aun siendo un gobierno con importante base popular. El dirigente de la “Unión de Trabajadores de la Economía Popular”, Marcio Britez, consultado por De Raíz, aseveró: “No hay ninguna duda que se debe frenar a Milei, pero se debe hacer confiando en el pueblo, sin alinearse con ninguna fracción de la derecha, a título de unidad nacional”. Esto último Brítez lo dice por la consigna planteada por Massa de que, en caso de ganar la presidencia, conformará un gobierno amplio de unidad nacional.
Para la líder feminista Ilse Kaplán, “fue muy buena noticia que se pudo frenar el crecimiento de Milei, pero ahora hay que evitar que el neofascista y la derecha moderada se junten para la segunda vuelta, y eso se debe hacer sin arriar las banderas. Nosotras somos críticas a la centroizquierda expresada en este gobierno de Aníbal Fernández, que por dejar de lado el programa popular permitió que la derecha termine marcando el paso. Ojalá se aprenda la lección, que valoremos este resultado pero sin caer en triunfalismos cortoplacistas; todavía no hemos derrotado la amenaza”.