12/09/2023 (Ciudad de México). Durante conferencia matutina este martes el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, informó que la próxima jornada de vacunación para combatir al virus SARS-CoV-2 se llevará a cabo en la segunda quincena de octubre, y está dirigida a los siguientes grupos: adultos mayores de 60 años, mujeres embarazadas, personas menores de 59 años con comorbilidades y personal de salud.
“Contamos con la disponibilidad de 5 millones 386 mil 200 dosis de vacuna Abdala, que están almacenadas en BIRMEX, en octubre y noviembre van a llegar 4 millones dosis de la vacuna Sputnik y también serán necesaria la adquisición de 10 millones 212 mil 693 dosis más, con lo cual podemos completar”, confirmó el secretario Alcocer.
Alcocer Varela dio a conocer que es previsible que la vacunación inicie la segunda semana de octubre, de forma simultánea a la inmunización contra influenza; “varias de estas vacunas de las ya señaladas cubren las variantes últimas, que son variantes que identifican cambios mínimos en lo que es este virus”.
El estimado de la población mexicana a vacunar es de 24 millones 498 mil personas con dos dosis de las principales vacunas que han demostrado su eficacia a las últimas variantes del virus: la vacuna Sputnik de Rusia y Abdala de Cuba.
Además, el titular de salud adelantó que la vacuna Patria, desarrollada por Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), tiene notables avances al pasar la fase 3 de estudios clínicos y “es muy buena”. Sin embargo, será la directora de Conahcyt, María Elena Álvarez-Buylla Roces, quien anunciará la cantidad de dosis con las que se contarán y cuándo estarán disponibles.
Avances en la vacunación en México
En México, alrededor del 76% de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el SARS-CoV-2. Entre las dosis más utilizadas para inmunizar a las y los mexicanos se encuentran las fabricadas por AstraZeneca, Pzifer, Sinovac, Sputnik V, Cansino, Moderna y Janssen.
México es uno de los países que cuenta y utiliza vacunas tanto de laboratorios avalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como aquellos que todavía no tienen el visto bueno de la institución no por razones de calidad o seguridad para los pacientes, sino por cuestiones eminentemente políticas.