12/09/2023 (Ciudad de México). “Para que la economía mundial sea más fuerte y resistente en un mundo más propenso a los choques, es vital alcanzar un acuerdo para aumentar los recursos de las cuotas del FMI antes de finales de año”, declaró el fin de semana Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional durante la cumbre del G20 realizada en Nueva Delhi, India.

Este recordatorio que hizo la directora general del FMI a los líderes miembro del G20 a cumplir con la promesa de proporcionar 100 mil millones de dólares anuales a la institución tiene una finalidad: que el organismo internacional esté en posibilidad de financiar la lucha contra el cambio climático.

Además, Georgieva exhortó a los países miembro a “movilizar recursos nacionales para financiar y gestionar la transición ecológica mediante reformas fiscales, un gasto público eficaz y eficiente, instituciones fiscales fuertes y mercados de deuda locales profundos”.

Los países que más aportan al FMI

Los países que más aportan a través de sus cuotas anuales al FMI son Estados Unidos (17.43%), Japón (6.7%), China (6.40%), Alemania (5.59%), Francia (4.23%) y Reino Unido (4.23%) en términos porcentuales, teniendo con esto mayoría al momento de realizar las votaciones donde se dictaminan las líneas a seguir por el organismo.

Muchos han sido críticos con este sistema, toda vez que el organismo condiciona los préstamos otorgados, orillando a los países en desarrollo (quienes comúnmente los solicitan) a seguir al pie de la letra su teoría económica centrada en promover el libre mercado, la desregulación desde el Estado, la privatización de bienes nacionales y sectores estratégicos y la liberalización del comercio. Por esta razón, desde los primeros años de su inicio en 1944, el FMI fue acusado de querer incrementar el área de influencia del capitalismo occidental ante el avance de las ideologías socialistas.

De esta forma, al ser Washington y sus aliados europeos quienes tienen mayoría, el FMI ha sido señalado de imponer a base de supuestas ayudas y créditos condicionados una agenda económica que únicamente favorece al norte global, en detrimento del sur global y de sus poblaciones.

Las críticas al FMI

Bajo esta lógica, el exhorto del FMI a sus miembros por cumplir con el financiamiento del organismo, para que éste a su vez financie a otros países, se enmarca en la misma agenda de los intereses pro neoliberales que, a la fecha, mantienen a tres mil 300 millones de personas (casi la mitad de la humanidad) viviendo en países que gastan más dinero en pagar los intereses debidos por los préstamos del FMI que en programas públicos enfocados al bienestar social, educativo o de salud.

En palabras de António Guterres, Secretario General de la ONU, este modelo es un “fracaso sistémico”, pues “como la mayor parte de estas deudas insostenibles se concentran en países pobres, no se considera que supongan un riesgo sistémico para el sistema financiero mundial”.

Si bien el exhorto a sus miembros lo hacen bajo la formalidad de poder financiar a países pobres para que estos puedan enfrentarse al cambio climático, ésta es la política mundial imperante en el norte global, como antes lo fuera la inversión en infraestructura para promover políticas extractivistas y comercio desregulado para beneficio del llamado primer mundo, en detrimento de las verdaderas necesidades y políticas encaminadas en mejorar la calidad de vida de la población de los países del sur endeudados.