Alfredo Rada

Una persona tan respetable y ecuánime como Ernesto Samper, hombre de ideas liberales que fue Presidente de Colombia de 1994 a 1998 y Secretario General de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) del 2014 al 2017, ha expresado en una entrevista publicada en la revista colombiana Semana su preocupación por el curso que está tomando la investigación del asesinato del candidato presidencial de Ecuador, Fernando Villavicencio, en que se ha detenido a varias personas de nacionalidad colombiana con antecedentes delictivos e incluso de paramilitarismo, que fueron presuntamente contratados por narcotraficantes. 

La fiscalía y la policía de Ecuador lograron aprehender a seis personas, de las que particularmente dos, Andrés Manuel Mosquera Ortiz y José Neider López Hitas, que serían los autores materiales y directos de los disparos que pusieron fin a la vida del dirigente político, ingresaron días antes a Ecuador desde Colombia. Mosquera Ortiz es señalado como posible jefe del escuadrón por sus antecedentes de fabricación y tráfico de armas de fuego y municiones destinado a grupos armados de ultraderecha, delitos por los que estuvo preso en la cárcel de Popayán el año 2018.

Con estos descubrimientos se fue cayendo la sucia campaña que en redes sociales realizó la derecha ecuatoriana, acusando al ex presidente Rafael Correa de la violencia y hasta culpándolo del asesinato. Tan absurda resultó esta sindicación que, unos días después, con las mismas características de sicariato, fue asesinado el dirigente de izquierda correista Pedro Briones en la ciudad de Esmeraldas, al norte de Ecuador. También este horrendo crimen se está investigando y se ha detectado similar modus operandi al utilizado en el ataque mortal contra Villavicencio.

La declaración completa de Ernesto Samper dice lo siguiente: “Preocupante la noticia sobre la nacionalidad colombiana de los asesinos del candidato Villavicencio en Ecuador, que coincide con la del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, y de los exdirigentes guerrilleros de las Farc en Venezuela, a cargo de sospechosos comandos paramilitares”.

Samper se refiere al magnicidio de Moise, ocurrido el 7 de julio de 2021, en la casa presidencial de la capital Puerto Príncipe, hasta donde llegó un comando de al menos 18 hombres fuertemente armados, todos de nacionalidad colombiana, que fueron reclutados desde la ciudad de Miami por la empresa “Worldwide Investment Development Group”, identificada como la empresa que recibió contribuciones de dinero de personas de ideas ultraconservadoras y anticomunistas residentes en el Estado de Florida para el asesinato.

El ex presidente habla también de una serie de asesinatos en Venezuela de gente desmovilizada de las guerrillas colombianas, como fue el caso de Miguel Botache Santanilla, alias “Gentil Duarte”, que era comandante de una de las facciones disidentes más numerosas, muerto en un atentado ejecutado por paramilitares colombianos en mayo de 2022 en el Estado venezolano de Zuliá. 

Lo que está ocurriendo en Ecuador, sumado a los hechos descritos de Haití y Venezuela, indican que desde Colombia se está movilizando hacia otros países latinoamericanos a gente especializada en el uso de la violencia, particularmente paramilitares que tuvieron años de experiencia en el conflicto armado que desangró ese país.

La pregunta es: ¿quiénes los contratan y movilizan son sólo gente dedicada al narcotráfico? El mundo del hampa generalmente se desentiende de los procesos políticos y menos se arriesgarían a ir hasta lugares tan lejanos como Haití para realizar crímenes políticos que no les reportarán beneficios económicos y sí muchos riesgos judiciales. Se necesita una estructura más grande para ejecutar tal tipo de atentados y ya en el caso del ex presidente haitiano está absolutamente demostrado que las cosas se gestaron en Miami.