07/08/2023 (Ciudad de México). Activistas, organizaciones sin fines de lucro y comunidad académica piden frenar cacería de brujas hacia quienes critican la política exterior de Estados Unidos. Denuncian que ante el surgimiento de un nuevo macartismo, ha aumentado la intimidación hacia quienes defienden la paz y se muestran críticos a las decisiones del país vecino en política exterior, y hacia la comunidad china-estadounidense.

Los firmantes, entre quienes se encuentra el reconocido geógrafo y urbanista David Harvey, así como trece organizaciones, entre quienes resalta El Foro del Pueblo, el Instituto Tricontinental de Investigación Social, Coalición ANSWER, Defender la democracia en Brasil, defienden una postura de rechazo ante las afirmaciones que se hicieron este fin de semana en el periódico The New York Times.

Y es que el sábado 5 de agosto, el diario publicó una una investigación que señala al millonario estadounidense, Neville Roy Singham, como “benefactor socialista de causas de extrema izquierda”, afirmando que ha financiado a organizaciones sin fines de lucro con al menos 275 millones de dólares en donaciones.

La investigación es firmada por cinco periodistas: Mara Hvistendahl, David A. Fahrenthold, Linsey Chutely e Ishaan Jhaveri. En sus páginas afirman que tardaron meses en desenmarañar las relaciones de China con organizaciones civiles estadounidenses y el multimillonario Roy Singham.

Sin embargo, Manolo de los Santos, Co-Director de El Foro de los Pueblos, aseguró que el señalamiento a la que son sometidos –su organización aparece en esta investigación– responde a una acusación mucho mayor que ha sido una tendencia entre la sociedad estadounidense: la resucitación del espíritu macartista.

Una de las supuestas evidencias que revela la investigación publicada por el New York Times, en donde se asegura que opera una red pro china financiada por Neville Roy Singham, se basa en la fiesta de éste por su unión matrimonial con Jodie Evans, exasesora política demócrata y cofundadora de Code Pink, realizada en Jamaica. Los investigadores afirman que el evento “fue una pasarela de personajes del progresismo”.

Pero más allá del señalamiento al multimillonario, lo que les preocupa a activistas, académicos y comunidad científica estadounidense, es que responde a una “cacería de brujas” xenófoba en contra de voces disidentes que se oponen al status quo estadounidense. De los Santos enfatiza que por eso se reunieron movimientos sociales de todo el país, líderes religiosos, comunidad científica y académica en esta petición que exige un alto al nuevo macartismo.

Los denunciantes advierten que es precisamente a través de los medios de comunicación, como New York Times y Fox News, que se utilizan tácticas de intimidación –las mismas que utilizan representantes de la ultraderecha– para silenciar a las voces críticas y etiquetarlos como “agentes chinos y extranjeros”.

Incluso afirman que científicos y académicos de ascendencia china han sido acusados ​​falsamente de espionaje, sin evidencias suficientes, por lo que urgen a que se detenga la persecución xenófoba.

Acusan que esa campaña de desprestigio pinta “una imagen siniestra de una red secreta que financia el movimiento por la paz”. Además, defienden que “no hay nada ilegal ni marginal en oponerse a una Nueva Guerra Fría o a un “conflicto de grandes potencias” con China”.

El espíritu macartista recorre EUA

Las organizaciones firmantes enfatizan que esa campaña amanaza la libertad de expresión y el derecho a disentir, tal como ocurrió en la época del macartismo, entre los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, cuando el senador republicano Joseph McCarthy señaló que había una supuesta conspiración comunista en Estados Unidos.

Las declaraciones no tardaron en socavar la opinión pública de entonces, dado el contexto de la Guerra Fría y el temor del avance del bloque soviético, por lo que se extendió una “cacería de brujas” y de acusaciones hacia activistas, periodistas, intelectuales o cualquier persona sospechosa de ser simpatizante del comunismo. Así inició una cruzada anticomunista, que incluso llegó a América Latina.

“Hay un resurgimiento del Terror Rojo que una vez destrozó muchas vidas y amenazó a los movimientos por el cambio y la justicia social. Este ataque no es solo a la izquierda sino a todos los que ejercen su libertad de expresión y sus derechos democráticos”, sentencian los y las firmantes e invita a unirse a la disidencia y reafirmar su postura por la paz, tal como recalcó Manolo de los Santos a De Raíz Media.