16/11/2023 (Ciudad de México). Las mayores potencias mundiales: Estados Unidos y China que son, respectivamente, el primer país responsable histórico del calentamiento global y el país que más gases de efecto invernadero emite hoy en el planeta, acordaron ayer restablecer plenamente el diálogo y la acción climática conjunta, en una reunión previa a la cita entre los presidentes de ambos países en California, y que se reflejó en un comunicado del Departamento de Estado con confirmación de la Cancillería china.
Esta reunión se da luego de varios años, los que pasaron desde que Washington –con Donald Trump como presidente- abandonó el año 2020 los acuerdos climáticos mundiales de Paris-2015 que su antecesor Barack Obama había suscrito. Esta prepotente y unilateral acción del magnate ultraconservador, llevado por su ideología negacionista en materia ambiental (se atrevió a afirmar en un twitter que “el calentamiento global es un invento de los chinos”), condujo al mundo a un callejón del que aún no se encuentra la salida. El daño ambiental ocasionado por Trump podría dar lugar a un juicio internacional.
Este tiempo de parálisis e irresponsabilidad de la Casa Blanca, en que el calentamiento global se ha agravado, le sirvió también al gobierno chino para desentenderse de sus compromisos. Los últimos dos años, la situación de enfriamiento de las relaciones entre los dos colosos se agudizó por la guerra en Ucrania, una contienda bélica que ya ha llegado a fase de declive por el desinterés que ahora tienen los países de la OTAN (Estados Unidos y la Unión Europea) debido a la situación de estancamiento en los frentes de combate.
Ahora, en la ciudad de San Francisco, sede de la “Cumbre Anual del Foro de Cooperación Asia-Pacífico” (APEC), los dos polos dominantes del poder global, representados por Xi Jinping y Joseph Biden se dan la mano en un momento límite para el planeta, en que el colapso ambiental se está expresando en temperaturas abrasadoras en varias regiones del mundo (la más reciente es Brasil, donde la ola de calor en varias ciudades ha roto récords poniendo en peligro a la población), tormentas y ciclones con mayor poder destructivo (la ciudad de Acapulco en México fue golpeada por “Otis”), prolongadas sequías (en varios países de Sudamérica, Europa y África), incendios gigantescos (en Canadá, Estados Unidos) y deshielo de los polos.
Es un avance que en este diálogo bilateral se pongan de acuerdo en la reducción de los gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) comprometiéndose a incorporar tal objetivo en sus planes ambientales. Es importante señalar que el dióxido de carbono que emiten los combustibles fósiles al quemarse para producir energía, es el más peligroso porque genera el 64% del calentamiento, el metano que se origina en fuentes naturales, pero también en la actividad humana de la agricultura y la ganadería, es responsable del 16% del calentamiento, finalmente el óxido nitroso cubre el 7%.
El primer objetivo global que se proponen es acelerar la transición energética dejando los combustibles fósiles, para lo que se debe triplicar la potencia energética renovable mundial hasta el 2030. Ambos países ratificarán este planteamiento en la “Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático” (la COP28), que se efectuará a finales de noviembre y diciembre próximos en Dubai.
El protocolo de entendimiento chino-estadounidense expresa buenas intenciones ecológicas, pero sin especificar pasos concretos ni metas cuantificables, lo que lo convierte sólo en una declaración diplomática para salvaguardar la imagen mundial de los dos países en puertas de la cita climática mundial. Pero de todas formas es un avance aunque no será suficiente para afrontar la gravedad de la situación climática global.
La pregunta es: ¿Xi Jinping y Joseph Biden se dan cuenta del peligro que nos acecha como humanidad?