La alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, llama a hacer un frente de izquierdas contra las derechas, así como a seguir haciendo a la Ciudad de México una ciudad sustentable, protectora, defensora de las y los derechos humanos, de las mujeres, de los pueblos originarios y de su riqueza y su diversidad cultural. Anuncia que recorrerá mil puntos en la ciudad “para recuperar los sueños de transformación y justicia de este maravilloso pueblo”.
Ciudad de México.- Con el llamado a “la construcción de un poderoso frente de fuerzas de izquierda, progresistas y democráticas para continuar con una transformación de esta ciudad e impedir que la derecha corrupta logre su objetivo, que es reinstalar el neoliberalismo y la corrupción en la capital de México”, Clara Brugada, actual alcaldesa de Iztapalapa, aglutinó a miles de citadinos y citadinas este fin de semana en la simbólica puerta de los leones en Chapultepec.
Cuatro días después de reunirse en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador, Clara Brugada convocó a simpatizantes de la Cuarta Transformación a defender y luchar por una Ciudad de México democrática y justa, una ciudad progresista y donde nadie sobra, defendiendo, aseguró, los logros, avances y trabajo del hoy jefe del Ejecutivo y la ahora ex jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
“Nos une el objetivo de acabar con las desigualdades económicas, sociales, territoriales y de género, por el bien de todas y todos, primero los pobres”, aseguró la alcaldesa, quien insistió en la construcción y profundización de un proyecto de transformación en la Ciudad de México que construya “una ciudad sustentable que protege sus suelos de conservación y valora sus servicios ambientales, incorpora las energías limpias, privilegia el transporte público, restaura el ciclo hídrico, incrementa la recarga del acuífero, garantiza el agua potable suficiente para todas las personas y en todas las colonias de esta ciudad, mejora la recolección, separación y reciclado y disposición final de los residuos. Hay que seguir profundizando estas transformaciones que se han hecho en la ciudad, una ciudad saludable que garantice el derecho a la protección a la salud bajo el principio de universalidad gratuidad, proximidad, igualdad de género, calidez, calidad, inclusión social y no discriminación en la salud”.
Frente a miles de personas que se daban cita para escuchar lo que parecía ser (o se intuía entre las y los asistentes) su arranque de campaña por la jefatura de gobierno de la llamada CDMX, Brugada lanzó al aire múltiples necesidades citadinas, una de ellas y la más recurrente en su discurso, la de fortalecer la red de protección social en la ciudad “para la erradicación de la pobreza y la desigualdad social y económica (…) una ciudad de cuidados que reconozca el valor social y económico de los cuidados e instaure un sistema público para cuidar a las personas dependientes y apoyar a las personas cuidadoras, es decir una ciudad feminista que combata todas las violencias hacia las mujeres y que garantice la igualdad sustantiva, por el bien de todos, primero las mujeres”.
Pero no sólo reivindicó el feminismo, también lo hizo con el sistema público de cuidados para “expandir la igualdad a todos los ámbitos de la vida incluyendo el privado”, además de pugnar por el ingreso ciudadano universal como sistema de protección para todos y todas.
Clara insistió en que en la ciudad se debe reivindicar “su riqueza y diversidad cultural y que se apoye a los creadores. La cultura es un bien público, es sustancia, no es accesorio, la cultura debe llegar a todas partes sin distinción ni discriminación. Una ciudad que respeta y reconoce el derecho de todas las personas a la diversidad sexual y de género y garantice el acceso a todos los derechos sociales y garantías individuales. Una ciudad segura para la convivencia, para la prosperidad con la mejor policía, con herramientas tecnológicas de punta, para la prevención del delito y el combate a todas las expresiones criminales; la ciudad de la justicia que combate la impunidad y garantiza el acceso a la justicia para las víctimas”.
Y en lo que parecía más que un decálogo de propuestas, la alcaldesa, originaria de Iztapalapa y con larga trayectoria en el activismo y en la vida política de la ciudad, no escatimó en hacer un llamado a que en una “ciudad del futuro”, ésta “debe tener fuertes raíces con su historia, con su pasado lacustre, con sus pueblos y barrios originarios que han preservado sus costumbres y tradiciones y son portadores de la riqueza cultural inmaterial de la nación y de esta ciudad”.
El llamado a construir una ciudad de izquierda y defenderla de la derecha también estuvo respaldado por el escritor e intelectual Paco Ignacio Taibo II, quien sentado al lado de la alcaldesa, tomó la palabra para hacer una radiografía de la derecha citadina:
“El contenido del pensamiento reaccionario en esta ciudad, que lo vemos en algunas alcaldías, es de dar pánico y terror. Es hiper autoritario (…) pero van contra inercias muy duras, esta ciudad es de izquierda y lleva años y años siendo de izquierda, y fue la vanguardia de la ruptura; fueron los vallejistas destruyendo el sindicalismo charro, saliendo a las calles contra el ejército y la policía los que abrieron camino a fines de los cincuentas y los maestros de primaria y el movimiento del 68, porque por más gases que nos echaran y más tiros que nos lanzaran, el movimiento terminó triunfando, abrieron la puerta la izquierda de este país con un costo humano terrible (…) Y esta ciudad de izquierda entretejió el Movimiento Urbano Popular en los barrios, en la emergencia sindical, en la resistencia contra la censura, en la resistencia contra todas las formas de autoritarismo. Y esta ciudad de izquierda observa a los conservadores tocando la puerta como diciendo ´no, están jodidos, Maximiliano no retornará´”.
Taibo II aseguró que el pensamiento nostálgico de la derecha ya no tiene cabida y que sus figuras políticas “dan como tristeza”, que de no ser por estar “alimentados por una máquina informativa implacable” y por “el gran capital que los apoya y los sustenta”, estarían a punto de desaparecer.
“No hay camino por la derecha, el camino es por la izquierda. Y el camino por la izquierda, significa que no sólo queremos 4T, queremos que la 4T vaya más a fondo, que la 4T rompa trabas burocráticas, rompa dificultades”.
Llegado el cierre, Clara Brugada anunció que saldrá a recorrer la ciudad como Andrés Manuel López Obrador lo hiciera en 1999. “Vamos a recoger los sentimientos de la gente, que el pueblo hable, que el pueblo proponga y que recorramos todas las colonias de la ciudad, mil puntos de esta ciudad, y recuperemos los sueños de transformación y justicia de este maravilloso pueblo” afirmó.