19/08/2024 (Ciudad de México). En Estados Unidos comienza en la ciudad de Chicago la Convención Nacional del Partido Demócrata que nominará, en forma unánime, la candidatura a la presidencia de Kamala Harris y a la vicepresidencia de Timothy Walz. Luego de la renuncia a su postulación del actual presidente Jos Biden, la campaña del partido azul adquirió gran fuelle con la vicepresidenta Harris, que en poco menos de un mes ha logrado volcar las encuestas, desde unos porcentajes que presentaban una tendencia hacia un seguro triunfo de Donald Trump, hasta los actuales guarismos que la muestran aventajando por hasta cinco puntos porcentuales (50% a 45%) al magnate ultraconservador.
La jefatura de campaña del Partido Republicano intenta mostrar una imagen de tranquilidad, pero lo cierto es que ni Trump ni sus expertos asesores saben qué hacer con Kamala. La anterior semana esto quedó en evidencia con el retorno de antiguos pesos pesados de anteriores campañas, como los consultores Corey Lewandowski, Taylor Budovich, Alex Pfeiffer, Alex Bruesewitz y Tim Murtaugh. ¿Significa que Trump despidió a Chris LaCivita y a Susie Wiles, sus expertos que aparentaban ser imbatibles? No, al menos por el momento, pero sí es un síntoma de la preocupación republicana por el notorio avance de la dupla Harris-Walz.
En Chicago, 50.000 personas colmarán el estadio “United Center” en el que se realizará el evento. Es seguro que el recuperado ánimo del partido político activo más antiguo del mundo, que fue fundado en 1828 por Andrew Jackson, y que precede por seis años a los Tories (Partido Conservador de Gran Bretaña), se sentirá en el aforo y en los discursos de sus principales referentes. Inaugurará la convención Joe Biden, para luego comenzar en los hechos su jubilación saliendo de escena. Serán oradoras la ex secretaria de Estado y candidata presidencial Hillary Clinton, y Michelle Obama, referente de los movimientos de mujeres. Hablarán también los ex presidentes Bill Clinton y Barack Obama, que son algo así como los guardianes de la ideología oficial del Partido, el liberalismo social, que siempre se cuidó de no caer en veleidades izquierdistas.
Esto es algo que debe cuidarse en estos momentos, por otra irrupción, la del gobernador de Minnesotta, Tim Walz, el hombre elegido por Kamala Harris como su compañero de fórmula gubernamental y del que el representante del ala más radical socialdemócrata del Partido, el senador Bernie Sanders, afirmó que “hablará en nombre de la clase trabajadora y deberá enfrentarse a los poderosos intereses corporativos”.
Como intuyendo que la posible derrota de Trump puede abrir la oportunidad para el fortalecimiento de los movimientos sociales estadounidenses, miles de manifestantes arribaron a Chicago para aprovechar las urgencias electorales de los demócratas. Por una parte, los representantes de la comunidad hispano hablante que en Estados Unidos son llamados “latinos” o “hispanos”, presionando por la necesidad del relanzamiento de una agenda que proteja los derechos de la enorme población migrante, y por otra parte, gran cantidad de universitarios y activistas civiles que apoyan a Palestina, exigiendo a Kamala Harris que corte el apoyo militar al genocida gobierno israelí de Benjamín Netanyahu y logre el alto al fuego inmediato en la Franja de Gaza.
Ambos temas -migración y Palestina- se están volviendo decisivos y en algunos Estados clave serán definitorios para las elecciones de noviembre. Aún está por verse cuál será la oferta electoral y el posicionamiento táctico que en los dos tópicos tomará la candidata del Partido Demócrata.
Kamala Harris, a quien lejos de debilitar parecen fortalecer en opinión pública los furibundos ataques de tipo patriarcal que le está dirigiendo Donald Trump, va asumiendo la posibilidad de convertirse en la primera mujer en llegar como presidenta a la Casa Blanca, en casi doscientos cincuenta años de existencia de su país.