11/06/2024 (Ciudad de México). Integrantes del Comité 68, sobrevivientes de la matanza del 10 de junio de 1971, docentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), colectivos estudiantiles, populares y por diversas causas sociales marcharon el 10 de junio sobre Calzada México-Tacuba hacia el Zócalo de la Ciudad de México en conmemoración de la matanza y represión de estudiantes conocida como el “Halconazo”. A 53 años, la exigencia de justicia y castigo a los responsables sigue vigente; sin embargo, este año también la manifestación se solidarizo con el pueblo palestino, sumando a sus demandas un alto al fuego y fin al genocidio que comete el Estado de Israel en la Franja de Gaza.

El recorrido inició frente a la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, lugar en donde el 11 de junio de 1971 fueron atacados los y las estudiantes por un grupo paramilitar y de choque conocido como “Los Halcones”. A la marcha se unieron diversas expresiones en solidaridad con Palestina.

Una vez en el Zócalo de la Ciudad de México se realizó un mitin en donde Víctor Guerra, abogado del Comité 68, resaltó el derecho a la memoria frente a crímenes de Estado y necesidad de justicia frente a éstos: “El derecho a la memoria es muy importante y sacar estas marchas año con año tienen como propósito preservar la memoria para que actos como estos no vuelvan a repetirse. También estamos en la búsqueda y en la lucha por la justicia, porque son 53 años de impunidad, donde no se ha logrado establecer una sentencia que condene a los perpetradores de este crimen y que han sido protegidos por distintos gobiernos priístas y panistas del pasado”, señaló el abogado.

Félix Hernández Gamundi, integrante del Comité 68, recordó que el “Halconazo” fue un crimen de Estado sentenciado como un “genocidio y un crimen de lesa  humanidad” por la Suprema Corte de Justicia de la Nacion (SCJN). Sin embargo, no señaló al genocida que para el activista, en este caso, de acuerdo con la cadena de mando, fue el presidente Luis Echeverría.

Asimismo, el integrante del Comité 68 recordó que los crímenes de lesa humanidad no prescriben, por lo que se debe encontrar justicia y castigo a los culpables del 10 de junio de 1971 y el 2 de octubre de 1968.

En el templete se abrió un espacio para que integrantes de la Plataforma Común por Palestina demandaran un “alto al genocidio en Gaza, (un) alto al fuego inmediato, respeto a la ley internacional, abajo el colonialismo, fuera el sionismo de América Latina y Palestina y ruptura de relaciones con Israel”. 

Alto Comisionado de Naciones Unidas pide reparación  las víctimas

La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) alentó a “asegurar la memoria y la reparación para las víctimas y sus familias”.

En posicionamiento publicado en sus redes sociales, el organismo internacional resaltó que a más de cinco décadas de los acontecimientos las víctimas “persisten en la digna exigencia de sus derechos”.

Asimismo, el organismo de Naciones Unidas consideró que la atención a esos agravios deberá convertirse en una “política pública que será preciso sostener e impulsar decididamente”.

A 53 años de “El Halconazo”

El 10 de junio de 1971 diversos grupos estudiantiles universitarios, principalmente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), salieron a las calles de la Ciudad de México en apoyo a la huelga que habían iniciado días antes alumnos de la Universidad de Nuevo León por la defensa de la autonomía universitaria y otras demandas sociales.

Se había convocado a una  marcha del Casco de Santo Tomás para marchar juntos y llegar al Zócalo capitalino, la cual sería la primera manifestación estudiantil después del 2 de octubre de 1968.  Sin embargo, frente a la altura de la Normal Nacional  las y los universitarios fueron interceptados en Avenida de los Maestros por “los halcones”, quienes eran integrantes de una organización paramilitar financiada por el estado mexicano con el fin de reprimir manifestaciones.

De acuerdo con diversas fuentes, se estima que el saldo final de la masacre fue de alrededor de 120 fallecidos y cientos de heridos, entre los que se encontraban transeúntes y periodistas de México y otras partes del mundo.

El gobierno de Luis Echeverría dio a conocer que lo que sucedió el 10 de junio  anterior fue una confrontación entre jóvenes de distintas ideologías, donde de acuerdo a datos oficiales no hubo  muertos. La matanza  le costó al regente del entonces  Departamento del Distrito Federal, Alfonso Martínez Domínguez, y al  jefe de la policía capitalina, Rogelio Flores Curiel, sus renuncias. Asimismo, frente a la indignación social  Echeverría instruyó la realización de una investigación que no arrojó resultados y que nunca encontró a un culpable. 

En 2006 la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado acusó a Echeverría de genocidio por la matanza del 2 de octubre de 1968,razón por la que se le imputó prisión domiciliaria,  pero no fue  así por “El Halconazo”.

El esclarecimiento de estos hechos también forma parte de uno de los objetivos del decreto emitido el 6 de octubre de 2021 por el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, con el que se creó la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia  de las violaciones graves a los derechos humanos cometidas de 1965 a 1990.