Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inflación anual se ubicó en 3.69% en enero de 2025, el nivel más bajo desde febrero de 2021. En cuanto al Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), éste aumentó apenas un 0.20% respecto a la quincena anterior, lo que lo posiciona como la tasa más baja para este periodo desde 2019.

23/01/2025 (Ciudad de México). En un contexto de incertidumbre global y tensiones comerciales, la economía mexicana ha iniciado el año con señales de fortaleza, reflejadas en una notable desaceleración de la inflación. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inflación anual se ubicó en 3.69% en enero de 2025, el nivel más bajo desde febrero de 2021.

Este descenso coloca la inflación dentro del rango objetivo del Banco de México (BANXICO), establecido en el 3 y el 4%. En cuanto al Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), éste aumentó apenas un 0.20% respecto a la quincena anterior, lo que lo posiciona como la tasa más baja para este periodo desde 2019.

La trayectoria de la inflación en los últimos años ha sido variable. En diciembre de 2024, la inflación anual se situó en 4.21%, continuando una tendencia a la baja desde meses anteriores. Esta desaceleración ha generado la expectativa de que Banxico considere próximamente una reducción en la tasa de interés, un factor clave en la solidez de la economía de todo país.

La estrategia económica de México

Paralelo a estas alentadoras noticias en materia económica, el gobierno mexicano ha implementado diversas estrategias para mantener la estabilidad y fomentar el crecimiento a través de la inversión. Recientemente presentado por la presidenta Sheinbaum, el “Plan México” busca fortalecer a la industria privada dentro de sus fronteras, alejándose del modelo tradicional de maquila y promoviendo productos genuinamente mexicanos.

Este plan, anclado a los grandes capitales mundiales, incluye una inversión de 277 mil millones de dólares distribuidos en más de 2 mil proyectos estratégicos, con el objetivo de generar un millón 500 mil empleos especializados en sectores clave como la manufactura, la tecnología y la energía.

Este nuevo plan público-empresarial también contempla la sustitución de importaciones asiáticas mediante la relocalización de cadenas de suministro, aprovechando las ventajas competitivas de México bajo el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Además, se propone que el 50% de las adquisiciones del sector público provengan de proveedores nacionales, impulsando así la economía local.

Estas medidas se enmarcan en un contexto internacional complejo, marcado por las latentes políticas comerciales de Washington sobre la imposición de aranceles. Recientemente, en videoconferencia durante el Foro de Davos, el presidente convicto de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó un mensaje directo a los empresarios de todo el mundo: “Vengan a fabricar sus productos a Estados Unidos y se beneficiarán de unos impuestos entre los más bajos del mundo. Pero si no los producen en Estados Unidos, y están en su derecho, entonces, simplemente, tendrán que pagar aranceles”.

Para México, el magnate llegó a anunciar un arancel de hasta el 25% para todas las importaciones a su país. Una vez instalado en la Casa Blanca, Trump firmó un decreto para dar inicio a las consultas públicas de cara a la revisión del T-MEC en julio de 2026. Por este recular en la primera ola de amenazas arancelarias lanzadas y otros factores, analistas económicos prevén que la nueva política arancelaria de Washington sea selectiva, especialmente para el sector agroalimentario.