08-01-2025 (Ciudad de México). En la ciudad de Caracas, en declaraciones a los medios de comunicación internacionales realizadas en forma consecutiva, el presidente Nicolás Maduro, y el ministro de relaciones interiores, Diosdado Cabello, confirmaron la detención de siete mercenarios extranjeros que, según los informes de inteligencia del Estado, “tenían planes preparados para desencadenar acciones terroristas, comenzando dos días antes del acto de investidura presidencial para un nuevo período constitucional en Venezuela”.

Se trata de dos estadounidenses, dos colombianos y tres ucranianos, estos últimos con reciente experiencia de combate. Todo indica, por el nivel de preparación física que muestran estas personas y los pertrechos con los que fueron encontrados, que tenían previsto desplegarse hacia varios lugares de Venezuela, para realizar atentados a la infraestructura energética, petrolera y vial del país. Todo forma parte de una escalada de violencia, que los sectores de oposición interna sumados al apoyo externo, pretenden generar en el país caribeño.

Ante tal amenaza, Nicolás Maduro activó el “Órgano de Defensa Integral” (ODI) de Venezuela, que está conformado por todo el poder político del país, el poder popular, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la Milicia Nacional Bolivariana como componente social principal, y el conjunto de las fuerzas policiales.

“Que las ODI se activen desde hoy mismo en la noche, durante los días 8 y 9 de enero, a nivel nacional, en todos los Estados, los Municipios, las Parroquias y las Comunidades, para garantizar lo que va a ser la victoria ejemplar de la paz en Venezuela en estos días que están por venir”, afirmó el mandatario.

En un acto con la directiva de la Asamblea Nacional (Congreso) realizado en el Palacio de Miraflores, hoy Maduro señaló al gobierno estadounidense de Joseph Biden, como el que “está enviando a esos mercenarios, financiando las acciones desestabilizadoras y promoviendo la reedición del fracasado Grupo de Lima”. Recordemos que, en agosto de 2017, doce gobiernos de derecha se reunieron en la ciudad de Lima, para conformar una entente anticomunista, cuyo primer objetivo era derrocar al gobierno chavista en Venezuela, denominando a tal intento “transición democrática”. La victoria de Andrés Manuel López Obrador en México, en julio del 2018, el triunfo de Gustavo Petro en Colombia, en agosto de 2022, y la derrota de Jair Bolsonaro en las elecciones de Brasil, en octubre de 2022, debilitaron al Grupo de Lima que no pudo lograr sus propósitos.    

El señalamiento al gobierno de Estados Unidos como el factor externo más importante en el ataque a Venezuela, trasciende a la administración -sea demócrata o republicana- que se encuentre en la Casa Blanca. Es una prioridad geopolítica para Estados Unidos recuperar el dominio hemisférico, derrocando a gobiernos antimperialistas como el de Miguel Díaz-Canel en Cuba o el de Nicolás Maduro en Venezuela.

Así acaba de confirmar Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos que sustituirá a Biden desde el 20 de enero, que hace pocas horas volvió a afirmar que no descarta el uso de la presión económica y de la fuerza militar para retomar el control del Canal de Panamá, así como para hacerse cargo de la enorme isla de Groenlandia, en el océano Ártico. Afirmó que el control del paso interoceánico panameño es de importancia vital para Estados Unidos, recalcando también que son motivos de seguridad nacional los que explican el interés de su país, por tomar el control del enclave groenlandés, que tiene estatus de territorio autónomo que forma parte del Reino de Dinamarca. De lo que pretende hacer con el gobierno chavista en Venezuela no necesita hablar, ya que el nombramiento del radical anticomunista Marco Rubio como Secretario de Estado, vale por mil palabras.

En tanto, en Caracas, donde se realizarán las ceremonias oficiales de juramentación de Maduro, como en el resto de Venezuela, la situación sigue siendo de tranquilidad.