09/12/2024 (Ciudad de México). El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó en entrevista para el programa “Meet the Press”, de de la cadena NBC que Estados Unidos está subsidiando a México y Canadá con la actual política comercial basada en el Tratado de Libre Comercio T-MEC, donde México estaría recibiendo 300 mil millones de dólares, mientras que Canadá otros 100 mil millones. Este tratado comercial fue negociado por Trump y su equipo durante su primer mandato presidencial con el equipo saliente del ex presidente mexicano Enrique Peña Nieto en 2018, y en vigor desde 2020 durante el sexenio presidente electo López Obrador.
De acuerdo a las declaraciones que en ese momento realizaba Donald Trump en contra de la versión previa del T-MEC, el TLCAN, se encontraba que con ese primer tratado, firmado casi tres décadas atrás, había contribuido a un crear déficit comercial significativo con México y Canadá, por lo que consideraba que dicho acuerdo no era equitativo y que Estados Unidos estaba en desventaja en términos de comercio internacional. A seis años de haber sido firmado el T-MEC, el magnate vuelve a utilizar argumentos muy parecidos por un tratado comercial que él negoció.
Por estas declaraciones, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, señaló que el T-MEC ha ha beneficiado significativamente a los tres países involucrados y precisó que el supuesto “subsidio” referido por Trump es en realidad el resultado del incremento de las exportaciones de México a Estados Unidos, ya que actualmente éstas superan a las importaciones. Además, destacó que el T-MEC ha fortalecido la relación comercial entre los tres países de la región, lo que les ha permitido mantener la competitividad frente a otros bloques económicos del mundo.
Junto a su declaración sobre el supuesto subsidio, Donald Trump también repitió un señalamiento que en su momento le hizo al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, durante una reunión privada al “bromear” sobre la posibilidad de anexar a Canadá a Estados Unidos frente a las amenazas arancelarias a las que Ontario no podría hacer frente. En la misma entrevista, el magnate cuestionó que esos “subsidios” no tienen sentido ya que Estados Unidos no debería darle dinero a Canadá y México “a menos que se quieran convertir en nuestros estados”.
Por esta declaración, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó enérgicamente que “México es un país libre, soberano e independiente, lo sabemos y así siempre lo tenemos que defender”. Además, ha dejado claro en distintos momentos que México no aceptará amenazas ni aranceles como métodos para resolver problemas bilaterales, y ha llamado a un diálogo basado en el entendimiento mutuo y la cooperación. En este sentido, la mandataria también reviró el supuesto subsidio de Trump, afirmando que Estados Unidos también tiene grandes beneficios gracias al T-MEC de los que “ya habrá momento para poder hablar”.
Desde que Trump ganará las elecciones presidenciales en su país y tras haber asumido Sheinbaum la presidencia de México, la mandataria ha buscado el diálogo y ha comenzado los preparativos para establecer mesas de trabajo bilateral para que ambos países puedan evaluar el desempeño económico que se ha tenido en la relación comercial, siempre con el debido respeto a la soberanía de ambos países.
Las declaraciones de Trump y la respuesta de Sheinbaum han generado diversas reacciones tanto en México como en Estados Unidos. Analistas políticos y económicos han señalado que las afirmaciones de Trump sobre subsidios son simplistas y no reflejan la complejidad de la relación comercial entre ambos países.
En este sentido, recientemente el Gobierno de México presentó datos del impacto que tendrían los aranceles de Donald Trump del 25% sobre las importaciones mexicanas para la industria estadounidense, donde los precios de los productos se elevarían para los consumidores de aquel país y sus empresas perderían un gran número de empleos. Por su parte, Trump ha señalado que el aumento de los aranceles “de manera apropiada” mejoraría la economía estadounidense, aunque no garantizó que no tendrían un impacto en las familias estadounidenses.