05/12/2024 (Ciudad de México). En la ciudad de Buenos Aires se realiza una nueva versión de la “Conferencia de Acción Política Conservadora” (CPAC). En forma por demás entusiasta, el gobierno argentino, dirigido por Javier Milei, intentó convertir esta reunión en una plataforma de lanzamiento de un movimiento internacional de ultraderecha, con el país rioplatense como uno de sus epicentros.
Milei, que utiliza recursos públicos para sus propios viajes de promoción política, hizo bastante looby para alcanzar este objetivo. Se apresuró por ser el primer jefe de Estado en viajar a Estados Unidos, sin ser invitado oficialmente ni tener agenda de interés de Estado allá, sólo para entrar el 14 de noviembre a la mansión de Mar-a-Lago y felicitar a Donald Trump y a Elon Musk, por el triunfo del magnate republicano en las elecciones estadounidenses. No fue suficiente para que ambos aceptaran su invitación al foro. Trump se excusó de ir a Buenos Aires, argumentando estar muy ocupado formando equipo de gobierno.
El 20 de noviembre, aprovechando la reunión del Grupo de los Veinte en Brasil donde ambos coincidieron, pudo lograr que la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, le acompañara de retorno a Buenos Aires. Se reunieron en la “Casa Rosada” (Palacio), donde le propuso conformar “una alianza de naciones libres, unidas en contra de la tiranía y de la miseria”. Lo paradójico de esas palabras es que, quien las pronuncia, aplica su ajuste económico con fuerte represión policial, planificada por su ministra de seguridad, Patricia Bullrich. Lo chocante del mensaje es que, quien habla de miseria, es el mismo que con su recetarioeconómico ha llevado a la mitad de la población de su país a niveles de pobreza, sea moderada o extrema.
Luego de su reunión, Meloni se disculpó por no poder participar en la CPAC, sumando su nombre a otros que faltaron a la cita, como la francesa Marine Le Pen, (no tiene buena relación con Milei), el brasileño Jair Bolsonaro (no puede viajar fuera de Brasil por orden judicial) o el salvadoreño Nayib Bukele, que está ocupado en conformar una “Liga de Naciones por la prosperidad”, algo que coordinaron con el propio Milei (“yo en Sudamérica, tú en Centroamérica”) cuando se reunieron el 30 de septiembre en Buenos Aires, según informó el vocero de la Casa Rosada, Manuel Adorni.
Como el proyecto neofascista busca encandilar a las élites burguesas, no por casualidad, los organizadores de la CPAC eligieron a Puerto Madero porque, según un ranking anual de plusvalía inmobiliaria, elaborado por las plataformas de bienes raíces Properati, Lamudi y Trovit, el año 2023, ese barrio bonaerense se convirtió en el más caro de América Latina, con un precio promedio de 5.485 dólares por metro cuadrado, seguido por el regiomontano Del Valle, con 4.071 dólares por metro cuadrado, e Ipanema, en Río de Janeiro, con 4.008 dólares por metro cuadrado.
Aunque deslucida por la falta de referentes políticos de primera línea, Javier Milei igual hizo en su alocución en la CPAC un llamamiento para conformar “una internacional derechista, una red de asistencia mutua para defender el legado de nuestra civilización occidental”.
Por México estuvo el empresario Ricardo Salinas Pliego, que le quitó minutos y protagonismo a Eduardo Verástegui, habitué de estas cumbres ultraderechistas. Salinas Pliego afirmó en su alocución que para él es “un honor dialogar con personas de pensamiento liberal y antizurdo, sobre temas de interés común”. También aseveró que “a la región la veo mal y lo único que queda como faro de libertad es la Argentina”. Según el Fondo Monetario Internacional, Argentina este 2024 con Milei terminará con un decrecimiento del 3,5% de su Producto Bruto Interno (PBI), en tanto que Brasil crecerá en 4% su PBI. Alguien está muy mal asesorado en estadísticas económicas.
Finalmente, tanto entre los expositores como entre los asistentes, se observó muy poca presencia de mujeres.