18/09/2024 (Ciudad de México). El ex presidente Ernesto Zedillo, “no tiene autoridad moral” para hablar de México ni de democracia, coincidieron el presidente López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum. La postura es una reacción a las palabras de la figura priista contra la reforma constitucional al Poder Judicial.

En su ya habitual conferencia matutina, la futura presidenta de México señaló “en el sentido de la democracia, de honestidad y corrupción”, el ex presidente no tiene autoridad moral para hablar sobre México ya que él es un “representante del viejo régimen, del régimen de corrupción y privilegios, y como tal opina”, por lo que no coincide con sus opiniones. 

Por otro lado, la doctora señaló las contradicciones que hay en las declaraciones de Zedillo, pues éste expresa abiertamente su opinión sobre que México va hacia el autoritarismo y al fin de la República, pero “se van a elegir los jueces por voto popular”, por lo que reviró al ex mandatario cuestionando que “¿ahora resulta que la democracia en el poder judicial representa autoritarismo?

Los ataque contra la reforma judicial son una buena señal: AMLO

Por su parte, el presidente López Obrador también señaló que Zedillo, quien había mantenido un perfil bajo durante años, ahora se ha “desatado” con críticas hacia su gobierno y la reforma judicial que busca elegir a los jueces por voto popular.

Ernesto Zedillo, quien fue presidente de México de 1994 a 2000, rompió su silencio de 24 años sobre la política interna del país para criticar esta reforma. Durante su discurso en la Conferencia Anual de la Asociación Internacional de Abogados (IBA), Zedillo afirmó que la reforma busca destruir la independencia del Poder Judicial y convertirlo en un instrumento del gobierno actual. 

En respuesta, el tabasqueño señaló que Zedillo solía participar en conferencias internacionales junto a figuras como el escritor Mario Vargas Llosa y otros intelectuales conservadores, pero que rara vez hablaba sobre la situación en México. Ahora, según el presidente, Zedillo ha decidido romper su silencio debido a la reforma judicial, lo que López Obrador interpreta como una señal de que su gobierno está logrando cambios profundos y necesarios.

Zedillo, representante de la “venta neoliberal” de México

Las declaraciones de Zedillo han sido recibidas con la lupa puesta sobre las consecuencias para México que dejaron las políticas públicas aplicadas durante su sexenio. Como hechos más trascendentes, el sexenio zedillista es recordado por aprobar, en 1994, otra reforma al Poder Judicial vigente hasta este 2024. Con esta iniciativa, se redujo de 26 a 11 el número de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a través de las conocidas popularmente como “jubilaciones de oro”. Por ejemplo,  Diego Valadés, quien apenas fue ministro siete meses, obtuvo una pensión vitalicia por más de 30 años de más de 250 mil pesos mensuales. Fue entonces cuando se definió el método vertical por el cual el Poder Ejecutivo proponía al senado la terna de candidatos para ministros de la Suprema Corte, máximo tribunal que controlaba a su vez el órgano de gobierno de los togados, el Consejo de la Judicatura.

Si Carlos Salinas de Gortari es considerado por muchos el arquitecto del modelo neoliberal en México, su sucesor Ernesto Zedillo fue el ejecutor y con quien México vivió la peor crisis económica de su historia.

En 1994, unos días después de tomar posesión, y ante los problemas financieros de México heredados tras el sexenio de Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo decidió devaluar el peso hasta los 4 pesos por dólar (de 3.4 pesos que se encontraba en promedio en ese año) y dejar de comprar deuda para tratar de frenar la fuga de las reservas del país. Las empresas que tenían deudas en dólares, o que compraban suministros de Estados Unidos, sufrieron un golpe de inmediato, lo que generó un despido masivo de empleados y varios suicidios de empresarios que no soportaron la tensión de las deudas que se elevaron exponencialmente.

Sin poder mantener la nueva cifra de la tasa de cambio, a principios de 1995, la administración de Zedillo decidió establecer el sistema de libre flotación del peso, el cual llegaría a más de 7 pesos por dólar en tan sólo una semana. Cuando el tipo de cambio del dólar dejó de ser controlado por el gobierno, el peso perdió la mitad de su valor, lo que ocasionó que las deudas en dólares no pudieran ser pagadas.

Para enfrentar las consecuencias del llamado “Error de diciembre”, Zedillo ordenó rescatar a los bancos y grandes empresarios convirtiendo su deuda privada en pública a través del Fondo de Protección al ahorro. El Fobaproa,  recordó López Obrador durante su conferencia matutina, había sido calculado en 180 mil millones de pesos, sin embargo, a la fecha el pueblo de México, a través del Estado, ha tenido que pagar, en casi 30 años, más de 3 billones de pesos. Dado que actualmente aún se pagan 50 mil millones de pesos al año, el monto total de este rescate será de más de 6 billones de pesos.

En su sexenio, Ernesto Zedillo privatizo diversas empresas productivas y sectores estratégicos para el desarrollo económico, tales como el sistema ferroviario, los sistemas satelitales, el sistema de agua potable, de limpia, el tratamiento de aguas residuales, la distribución de gas natural e incluso las pensiones de los trabajadores. Todas ellas, “a precio de remate” para empresarios cercanos al poder político, de acuerdo a diversos analistas de la época.

Para lograr todas estas privatizaciones, el ex presidente contó con el apoyo de un Congreso dominado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), legisladores que nunca pidieron el voto para realizar todas estas políticas públicas. Por todas estas acciones, típicas de la economía neoliberal, López Obrador aseguró que el ex presidente Zedillo “no tiene ninguna autoridad moral para hablar sobre la democracia”.