13/05/2024 (Ciudad de México). En Argentina, siguen las repercusiones de la que ha sido la huelga general más contundente en las últimas décadas, convocada por las tres grandes centrales sindicales obreras, la pasada semana. El paro logró la adhesión a nivel nacional de entre el 80% y el 90% de las organizaciones de trabajadoras y trabajadores asalariados, así como de grandes sectores del trabajo cuentapropista e informal.

Este es un dato muy importante y aleccionador para los demás países latinoamericanos donde, por lo general, las centrales sindicales sólo piensan e interpelan a quienes desarrollan actividades formales de trabajo, con contratos y salarios, con prestaciones sociales y derechos de asociación laboral. Las personas que tienen esas características sólo representan un porcentaje minoritario de la Población Económicamente Activa (PEA) de América Latina, como han demostrado estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de las Naciones Unidas. Estas investigaciones a base de datos oficiales, concluyen que en la región disminuye la tasa de sindicación (o sindicalización), por efecto de las nuevas formas flexibilizadas de trabajo: el trabajo informal, el cuentapropismo, la tercerización (o la subcontratación), el trabajo por horas.

La articulación en la resistencia frente al brutal ajuste implementado por el gobierno de Javier Milei, entre las 3 grandes centrales sindicales argentinas (la Confederación General del Trabajo – CGT, y las dos fracciones de la Central de Trabadores de Argentina – CTA) con un cúmulo de organizaciones populares, ha permitido una acción de protesta tan masiva, que se convierte en la demostración más importante hasta el momento del creciente rechazo popular a Milei.

Esto muestra un volteo fundamental, en la correlación de fuerzas sociales, desde aquél 60% con que Milei ganó en las urnas. Fue la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner que planteó la diferencia entre la “legitimidad de origen” y la “legitimidad de gestión”: Milei tuvo la primera y está perdiendo rápidamente la segunda.

El impacto del paro nacional del jueves 9 de mayo se ha sentido inmediatamente. En el Senado, donde el gobierno neofascista confiaba en haber negociado una sólida mayoría de respaldo, se fue complicando el debate sobre la “Ley Bases”. Esta ley -así bautizada por el propio Milei- intenta blindar jurídicamente al “Mega Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023” con el que la Casa Rosada inició el ajuste con shock. Recordemos que el Congreso rechazó la aprobación de ese megadecreto, que también ha tenido varias derrotas parciales en estrados judiciales.

La fragilidad oficialista en senadores pone en duda la aprobación de la mencionada “Ley Bases”, que es una norma fundamental para continuar las contrarreformas en materia laboral, de pensiones, fiscal, tributaria, de seguridad, que está efectuando el gobierno. Viendo esta debilidad, aumenta la cantidad de gobernadores que ya rechazaron la convocatoria a la firma de un “Pacto de Mayo” para “Refundar Argentina” que hizo el presidente neofascista Javier Milei. A los gobernadores de provincia La Pampa, Sergio Ziliotto, de la provincia Tierra del Fuego, Gustavo Melella, de la provincia Formosa, Gildo Insfrán y de la provincia Buenos Aires, Axel Kicillof, se acaba de sumar Ricardo Quintela, de la provincia La Rioja.

Se complica el Plan de Javier Milei, que tenía la siguiente hoja de ruta: 1) El 1 de marzo compareció en el Congreso donde lanzó el desafío a los 23 gobernadores y al Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, para firmar un documento de 10 puntos (casi todos extractados del viejo “Consenso de Washington” de 1989, el credo del neoliberalismo) al que le llamó el “Pacto de Mayo”; 2) El 30 de abril fue aprobada por la Cámara de Diputados la “Ley Bases”, lo que constituyó un golpe importante a la resistencia social en las calles; 3) La “Ley Bases” debía ser aprobada hasta el miércoles 8 de mayo, antes del paro, cosa que no sucedió; 4) Para el 25 de mayo en la ciudad de Córdoba, debía realizarse una reunión en la que se firme el Pacto, previa aprobación de la Ley Bases en el Senado (en duda) y a un nuevo Pacto Fiscal acordado previamente (retrasado).

Como se puede ver, el Plan de legitimación de Milei se resquebraja, lo que no significa que su proyecto haya sido derrotado, por lo que el drama social que vive Argentina va a continuar.